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CIUDAD DE MÉXICO, 2 de marzo de 2022.- La diferenciación social que hay implícita sobre las mujeres no es personal, es cultural. Quizás no seas maltratada en el entorno laboral, pero sí invisibilizada, y eso también es violencia de género.
La decana Nacional de la Escuela de Humanidades y Educación del Tec de Monterrey, Judith Ruiz-Godoy Rivera, explica este problema desde una experiencia personal, pues aunque tiene un doctorado, ella es llamada por su nombre frente a un hombre que posee sus mismos títulos, es decir, en su caso, él sí es “el doctor”.
“No es que quiero que me anden llamando por mi nivel de estudios, pero así puedo ejemplificar cómo hay esa distancia y nosotras como mujeres también normalizamos ese trato diferenciado porque así nos educaron. Nos ven cercanas, amables, diferentes”, dijo en entrevista exclusiva para Quadratín, desde Monterrey, Nuevo León.
Normalizar la violencia de género es también estarse legitimando constantemente (“sí tengo las credenciales, logré la posición por méritos propios”) en un mundo donde la brecha salarial, por ejemplo, por cuestiones de género se mantiene, y entonces las mujeres escogen no luchar por ello, sino agradecer que al menos les dieron la oportunidad.
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