Ráfagas: ¿Malos manejos en la Comisión de Búsqueda de Personas?
Pueden decir misa –López Obrador, sus aplaudidores y lacayos– pero lo cierto es que la Suprema Corte le recetó una penosa y escandalosa derrota al presidente mexicano.
Incluso, Obrador puede mentir todo lo que quiera: inventar por ejemplo que la Corte avaló su Ley Eléctrica y hasta puede engañar de manera compulsiva a Tirios y Troyanos.
En efecto, López puede simular y engatusar a miles o millones de mexicanos con el cuento de que está “feliz, feliz, feliz” y que “es histórico el resolutivo de La Corte”.
Puede seguir mintiendo a los ojos del mundo con el cuento de La Corte “declaró constitucional” su reforma eléctrica y que ese supuesto “acto de valentía” ayudará a bajar los precios de la electricidad.
Sin embargo, la terca realidad, igual que no pocos especialistas en la materia confirman que el mandatario mexicano miente por enésima ocasión, ya que no sólo su Ley Eléctrica vive sus últimos momento sino que su Reforma para desaparecer la inversión privada en el sector eléctrico también está tocada de muerte.
¿Por qué?
Porque López sabe que su Ley Eléctrica recibió una paliza por parte de La Corte; paliza que, en ese caso, si es histórica. Además de que también sabe que su Reforma Eléctrica no prosperará en el Congreso.
Y por esa razón –porque el presidente ya percibe el olor de la derrota–, el mandatario prepara el terreno y dice que en caso de que el Congreso rechace su enmienda constitucional en materia eléctrica, “no se llevarán el litio”, en otra balandronada propia del “fajador callejero”.
Y también por eso, desde Palacio preparan todo el aparato político para intentar un “albazo legislativo”. Es decir, que de manera tramposa la Reforma Eléctrica podría empezar a ser discutida en la Cámara de Diputados justo al arranque de la Semana Santa.
Y es que para nadie es nuevo que el gobierno de AMLO gusta no sólo del típico “albazo legislativo” sino del sometimiento de los contrapesos, además del chantaje y la incondicionalidad.
Todos saben, por ejemplo, que el martes 5 de abril, López ordenó cancelar la sesión plenaria de la Suprema Corte –que resolvería una controversia constitucional sobre su Ley Eléctrica–, porque las posturas de los ministros no le eran favorables.
Horas después, el miércoles 6, el titular de Gobernación, Adán Augusto López, visitó la Suprema Corte para “apretar tuercas” a los ministros rebeldes y, de manera curiosa, el jueves 7, al reanudarse la sesión del pleno de La Corte, “se habían alineado los Astros” para darle gusto al dictador López.
Como recuerdan, ese jueves se produjo una alineación nunca vista. Sí, a pesar de que siete ministros de la Corte documentaron violaciones graves a la Constitución en la Reforma Eléctrica de AMLO, cuatro de ellos dijeron todo lo contario y ganó la postura minoritaria.
¿Por qué prevaleció el criterio de cuatro ministros lacayos de AMLO, sobre siete ministros no alineados al presidente?
Porque así lo establece la propia Constitución en su Artículo 105 que dice: las resoluciones de la Suprema Corte, en materia de controversia constitucional “sólo podrán declarar la invalidez de las normas impugnadas, siempre que fueren aprobadas por una mayoría de cuando menos ocho votos”.
Es decir, que en un solo caso de controversia constitucional contra la Ley Eléctrica de AMLO –un solo caso de decenas de controversias y cientos de amparos en el mismo sentido–, la Corte no reunió la mayoría de votos exigidos para declarar, en ese ejemplo específico, que la Ley Eléctrica violenta la Constitución.
Y aquí empiezan las preguntas
¿Por qué valen más los cuatro votos de ministros que dicen que la Ley Eléctrica de AMLO es constitucional, que los siete votos de los ministros que dicen que la misma Ley Eléctrica de AMLO viola la Constitución?
Porque se trata de un capricho legal. Es decir, así fue construida la norma por el Constituyente Permanente, que es el Congreso.
Hasta aquí se podría decir que López Obrador consiguió una victoria, ya que en el caso específico de una sola controversia constitucional, la Corte resolvió que la Ley Eléctrica no era violatoria de la Constitución.
Sin embargo, una controversia constitucional no hace verano.
¿Y eso qué significa?
Que a pesar del resolutivo de La Corte del pasado jueves 7 de abril del 2022 nadie –ni el presidente, ni la Suprema Corte, ni el Congreso–, puede decir que la Ley Eléctrica de AMLO es constitucional.
¿Por qué?
Porque cualquier mexicano o cualquier empresa nacional o foránea que se sientan afectadas por la Ley Eléctrica de AMLO, puede recurrir a la figura de amparo contra la también llamada “Ley Bartlett” y tales amparos tiene la posibilidad de ganar casi 100 de 100.
Y la razón de esa certeza se localiza en que siete ministros de la Corte coincidieron en que la Ley Eléctrica de AMLO violenta la Constitución, a pesar de que el Máximo Tribunal no logró la mayoría de ocho votos que exige la Constitución para declarar inconstitucional la citada Ley.
Dicho de otro modo, que tanto los particulares como las empresas –nacionales o foráneas–, que se vean afectadas por “La Ley Bartlett”, pueden invocar los criterios jurídicos de uno o de todos los ministros de La Corte que señalaron inconstitucional la Ley Eléctrica de AMLO, y tiene la certeza de ganar el cien por ciento de tales amparos.
Y es que los criterios emitidos por uno o más ministros de la Suprema Corte no solo son un criterio de Ley, sino que son argumentos inatacables e inexcusables.
De esa manera, los jueces de distrito y los colegiados que resuelvan los amparos contra la Ley Bartlett, no tendrán más remedio que otorgar el amparo a los quejosos, si es que invocan los criterios de uno o de los siete ministros que declararon que la Ley Eléctrica de AMLO es inconstitucional.
Por eso veremos una lluvia de amparos contra la multicitada Ley Eléctrica y, también por eso, queda claro que la Suprema Corte derrotó al presidente mexicano.
Y es previsible que, en el otro extremo, la Cámara de Diputados le de la puntilla a la Reforma Eléctrica.
Al tiempo.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.