Contrafilo / Puerquería

Layda Sansores, la youtubera de Campeche arremetió este fin de semana
contra el líder del senado, Ricardo Monreal, pero se topó con la
pared.

De dientes para afuera o como dicen los que saben, de motu proprio
lanzó el buscapiés: Atención Monreal, nos vemos a las 8 PM en el
“Martes del Jaguar”.

El capítulo 44 de ese programa será transmitido el martes 25 por los
canales del gobierno estatal, pero no.

La caponera se rajó.

De acuerdo con Monreal, se trata de una «guerra sucia, de desprestigio
y descalificación” no contra el legislador sino contra él como
candidato presidencial de Morena.

Son “indicaciones de quienes no quieren que yo esté en la boleta”.

Su punto de vista es que la campaña anticipada, impulsada por Andrés
Manuel López Obrador “está generando estos desencuentros internos”.

El que lo anuncie la gobernadora es el inicio de la guerra sucia que
pudiera dar paso a caminos sin retorno, observó.

Yo espero que la prudencia prevalezca, porque si no habrá ruptura
interior y los únicos responsables son quienes están impulsando esta
campaña sucia de desprestigio y descalificación contra un aspirante.

«Nosotros vamos a resistir; ni nos vamos a dejar ni nos vamos a rajar”.

A la jaguara, quien ha gastado millones de pesos en su “talk-show” no
le quedó otra que meter reversa.

De todos es conocido que la gobernadora había agarrado de su puerquito
al dirigente del PRI, Alito “Amlito” Moreno.

Cuando “a cambio de quien sabe que cosa” el malito respaldó al partido
de Obrador para que el ejército siguiera en las calles, cesaron los
jaguarazos.

En otro tiempo la señora Sansores trató de agarrar de su puerquito a
la alcaldesa de la capital, Biby Rabelo de la Torre, pero ésta le
resultó contestona: “Gobernadora @LaydaSansores: Le invito a dejar el
show mediático a costa del desprestigio del buen trabajo realizado
desde la @Alcaldia_Camp ¡Basta de mentiras!

Layda Sansores promueve a la “regenta” Claudia Sheinbaum y, por tanto,
es contraria a la candidatura presidencial de Ricardo Monreal.

¡Que puerqueria de estos hijos del diablo!, diría aquel.

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