Subestimando a la presidenta
Podemos tener problemas, oposición beligerante, fascismo invasor, defensores utilitarios del INE, pero el libro siempre nos acompaña. En los peores momentos como lo ha sido la pandemia, el libro fue un refugio seguro para muchos. El 12 de noviembre por decreto presidencial de 1979, se creó el Día Nacional del Libro, en homenaje a Sor Juana Inés de la Cruz que nació en ese día en 1651. La Unesco por su parte, festeja el día internacional del libro el 23 de abril en homenaje a los grandes escritores y poetas Miguel de Cervantes y William Shakespeare. En medio de las vicisitudes que tiene el país, nada se ha detenido por fortuna. Cambios importantes hemos visto en estos años y mientras algunos problemas nos estremecían, los libros seguían estando presentes. Solo en el 2020, se vendieron 89 millones de libros· Y eso que los datos oficiales señalan que fueron menos que el año anterior. Las ferias de libros que desde 2017 ya eran 135 siguieron acumulándose y la lectura experimentó un alza con la pandemia. Esta influyó por ejemplo, en la lectura digital que en el 2020 era de 12.3 y que se elevó a 21.5 en 2021.
PESE AUMENTO EN LA LECTURA, MÉXICO ESTÁ EN EL RANKING 24 DE 30 QUE HAY
Las ferias de libros han sido importantes instrumentos para promover la lectura y de paso darle un empujón a las editoriales y al entorno cultural, en un país en el que lee más la gente que tiene cultura. La distribución de libros está en 45.5 en la parte oficial, en poco más del 22 por ciento en editoriales y 9 por ciento en escuelas. Un alto porcentaje que a veces colocan en 80 por ciento, lee poco, diversos escritos, pero no libros o muy pocos. Pese a sus avances que lo califican en 5.5, el país ocupa el número 24 en un ranking internacional de 30, numero que se acerca a nivel latinoamericano, en el que México también ocupa el número 24. Cosa curiosa, Venezuela, un país agredido y señalado por una oposición beligerante, es reconocido como el país en el que más se lee con una calificación promedio de seis libros. Asimismo, no es la UE que presume de culta la que encabeza la lectura en libros, sino Finlandia el país más alto seguida por Islandia y China. La primera tiene una lectura de 47 al año y la segunda de 40. Aquí hay gente que confiesa que no ha leído un libro en todo el año. Destacan organismos, Inegi entre ellos, que las redes han influido, aunque no parezca, en la lectura, por generar discusiones que precisan investigación. Hay duda de lo anterior, por el mucho tiempo que la gente dedica a las cuestiones sociales y personales y para lecturas superfluas de chismes.
LOS LIBROS QUE QUIEREN SER LEÍDOS, NOS ESTÁN BUSCANDO
No se si les pase que muchas veces nos vamos de largo ante un libro que no ha llegado a interesarnos. Y un día, resulta que sin venir a cuento lo tomamos para leerlo y quedamos asombrados. Al poco rato nos vamos a buscar las demás producciones del autor y terminamos integrándolo totalmente a nuestras vidas. Aquella autora Carolina Rabei, una mujer de Moldavia, república cercana a Ucrania, le dio vida propia a sus libros y en uno de sus trabajos, El cuento que quería ser leído ( Maeva España 2021), hace hasta lo imposible para que los niños lo lean. Dino se llama el cuento y nadie hasta entonces se había fijado en él ni habían pedido prestado el libro en el que está. Después se lo peleaban. Sor Juana la genial autora celebrada en la fecha que ahora nos ocupa, no dejó fuera la lectura para niños, ella que aprendió a leer a los tres años y fue una impulsora permanente de la lectura. De la de la niños, también. En un extraordinario título Óyeme con los ojos (Universidad Claustro de Sor Juana 2012), lanza en teatro y poesía para niños un juego de los sentidos para asombrar a los pequeños que tengan acceso a esas letras. Buen tiempo para acercanos a ese juego travieso, de la monja jerónima.
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