Ráfagas: Voracidad panalista
Nunca abuses del poder humillando a tus semejantes, porque el poder termina y el recuerdo perdura: Benito Juárez
Ayer, las noticias reflejaron una realidad lacerante: en la política como en la sociedad mexicana hay crisis de valores, ejemplos sobran, pero ahora el egocentrismo presidencial dio muestra palmaria al desconocer el liderazgo moral de quien lo encaminó en la lucha por la democracia por la vía legal y legítima, no hay respeto por la diversidad ni por el antecesor que abrió camino, se trata de atacar a quien piensa diferente. El calificativo de adversario que se usa para personas contrarias o enemigas, AMLO se lo aplicó a Cuauhtémoc Cárdenas.
Y, bueno, aunque el ingeniero siempre ha sido ponderado y juicioso, es un despropósito que el primer mandatario lo haya agrupado con sus enemigos, claro, se lo habría ganado a juicio de López Obrador si cuestiona sus políticas, como lo hacen los integrantes de Méxicolectivo. No le importó que se tratara del líder que hizo posible romper la hegemonía del PRI, quien lo impulsó a darle un sentido institucional a su lucha.
El ingeniero, fiel a su estilo de rehuir la confrontación política con el presidente en turno, ni siquiera asistió a la presentación de la organización Méxicolectivo, un día después, el 31 de enero, publicó una carta para desvincularse del grupo, pero eso no lo sabía aún López Obrador por eso se le fue a la yugular, a él y a cualquiera quien pueda restarle votos a su proyecto de permanencia en las próximas elecciones federales.
Académicos, integrantes de organizaciones y ciudadanos presentaron este lunes la organización Mexicolectivo, que se define como un espacio de deliberación ciudadana que busca detonar el pensamiento plural para impulsar soluciones para una “sociedad más justa, incluyente, próspera y en paz rumbo a un México más democrático”.
Este miércoles, todo cambió, el rostro enfadado de ayer cuando creyó que Cárdenas lo confrontaba, cambió al de un sonriente AMLO; la aclaración de Cuauhtémoc de no seguir participando en ese proyecto «a partir de consideraciones de carácter político», fue celebrada en Palacio: «me dio mucho gusto», expresó y arremetió en contra de los moderados y la prensa independiente, porque sólo son conservadores disfrazados.
Calificó a todos los integrantes de Méxicolectivo, académicos, militantes de organizaciones ciudadanas, políticos de oposición de carecer de autoridad moral y de hacer politiquería al hablar de la militarización del país, los acusó de ser cómplices de la corrupción. Fue más allá, atacó al exrector de la UNAM, José Narro, a quien denunció por haber ideado el concepto de los «ninis» aplicable a los jóvenes que ni estudian ni trabajan.
Y se retractó del ataque de ayer al ingeniero, ahora sabedor de que se había desvinculado del grupo Méxicolectivo. Recordó que fue el precursor de su movimiento y enalteció al expresidente y general Lázaro Cárdenas, y para acallar a quienes están en contra de la militarización, remarcó: fue un militar, que como presidente fue popular y patriota.
Me hizo recordar al escritor Macario Schettino, quien en su libro: México en el Precipicio, denuncia a un hombre poco inteligente pero avezado político que dice las mentiras que quieren escuchar sus seguidores, a quienes trata de convencer que, desde 2012, él es víctima de un complot para hacerle un fraude electoral. Como si careciera de importancia que esté gobernando desde el 2018 con resultados desastrosos en los rubros social, educativo, seguridad, salud, economía y finanzas, etcétera.
Repasa cada día en la mañanera la misma narrativa de campaña permanente, omite lo realmente importante, para denunciar día tras día un compló de los conservadores del cual fue y es víctima en ciernes, este factor es el aglutinante de los morenistas en contra de quien piense diferente. La disidencia en Morena es traición, y ya la corcholata Claudia Sheinbaum, lanzó la consiga: quien ataca a uno, ataca a todos.
Preocupante que desde el gobierno se busque la radicalización política, el disenso suele enriquecer a la democracia, pero si cada voz en desacuerdo se interpreta como ilegitima confrontación a la autoridad gubernamental y a la mayoría morenista en materia político-electoral, entonces el conflicto con el gobierno autócrata no se hace esperar.
Más temor despierta que se sea inminente la aprobación en el Senado de las leyes electorales secundarias, el Plan B, por parte de morenistas y aliados, quienes, sumisos, cumplen las órdenes de su jefe, sin cuestionar que la tarea de desarticular y cercenar al personal profesional del Instituto Nacional Electoral con el pretexto de austeridad, sería un golpe mortal a la democracia, equivalente a una traición al pueblo mexicano.
Debemos reflexionar en la necesidad de participar en la discusión del proyecto a futuro del país que deseamos y podemos ayudar a construir, un medio podría ser interesarnos en nuevas organizaciones, como Méxicolectivo, integrada por personas con amplia trayectoria en la vida política y social del país, con probada capacidad crítica. Si queremos conocer sus propósitos busquemos el documento básico titulado: Un punto de partida. Que nadie nos robe la esperanza del cambio.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.