Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
Parte Siete
En esta entrega abordaremos dos fenómenos que se presentan como riesgos notables y que indudablemente pueden modificar el rumbo de las acciones y las relaciones entre nuestro país y nuestro principal socio comercial, Estados Unidos de Norteamérica, y otro socio estratégico con el que tenemos signado, igualmente, un tratado comercial. Estos dos fenómenos son: La recesión económica y el riesgo político en Estados Unidos de Norteamérica así como las tensiones comerciales con Estados Unidos de Norteamérica y Canadá por algunas disputas en el marco del tratado de comercio.
En los últimos años, el mundo ha sido testigo de una serie de eventos económicos y políticos que han afectado de manera significativa la economía global. Uno de los más importantes ha sido la recesión económica y el riesgo político en Estados Unidos de Norteamérica, que ha tenido importantes consecuencias en el deterioro económico de México y en las tensiones comerciales con Estados Unidos de Norteamérica y Canadá.
En primer lugar, es importante destacar que la economía mexicana está altamente integrada con la de los Estados Unidos de Norteamérica. De hecho, México es el tercer socio comercial más grande de Estados Unidos de Norteamérica. Después de China y Canadá. Además, Estados Unidos de Norteamérica es el destino de aproximadamente el 80 por ciento de las exportaciones mexicanas. Como resultado, cualquier choque en la economía de Estados Unidos de Norteamérica tiene el potencial de afectar significativamente la economía mexicana.
En este sentido, la recesión económica en nuestro vecino país del norte provocada por la pandemia del COVID-19 ha tenido un impacto importante en México. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Producto Interno Bruto (PIB) de México cayó un 8.5 por ciento en 2020, su mayor caída en casi un siglo. Esta contracción económica se debió en gran medida a una disminución en las exportaciones mexicanas a Estados Unidos de Norteamérica a medida que la demanda interna de este país disminuyó y redujo los flujos de inversión y comercio entre los dos países. Esto puede tener un impacto negativo en la producción, el empleo y el crecimiento económico en México. Además, el riesgo político en Estados Unidos puede generar incertidumbre y desconfianza en los mercados, lo que puede afectar negativamente la economía de México.
La disminución de la inversión extranjera también puede disminuir la capacidad de México para financiar su desarrollo económico. Además, la recesión puede provocar una disminución en el comercio entre México y Estados Unidos, lo que puede tener un impacto negativo en la economía mexicana. Si bien recientemente se ha anunciado por parte de TESLA una inversión bastante interesante es comprensible que solo sea beneficiado un sector geográfico de nuestro país y es necesario la atracción de otras inversiones para otras regiones de México. Esto requiere, indudablemente, el potenciar las capacidades regionales en términos de infraestructura y otras ventajas competitivas tangibles.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) fue firmado en 1994 con el objetivo de promover el comercio entre los tres países. Las tensiones comerciales entre Estados Unidos, México y Canadá son una realidad actual y pueden tener un impacto negativo en la economía de los tres países. En el marco del ahora llamado T-MEC, las tensiones comerciales pueden ser causadas por diferencias en la interpretación de los términos del tratado y la imposición de barreras comerciales por parte de Estados Unidos. Estas tensiones pueden afectar negativamente la confianza y la cooperación entre los países, lo que puede tener un impacto negativo en el comercio y el crecimiento económico en la región. Estas tensiones han generado incertidumbre y desconfianza en los mercados, lo que puede afectar negativamente la economía de los países involucrados. La disputa comercial es un problema complejo que puede ser causado por una variedad de factores, incluyendo barreras arancelarias, problemas de propiedad intelectual y diferencias en los estándares de regulación; esto puede afectar la eficiencia del comercio, la producción y el empleo en los países involucrados.
Además, las tensiones comerciales pueden afectar la relación política y económica entre los países, lo que puede tener un impacto negativo en la cooperación y la colaboración futura. Esto puede afectar negativamente la economía de la región y limitar el potencial de crecimiento y desarrollo económico en el futuro.
Por otra parte, el riesgo político en Estados Unidos puede generar incertidumbre y desconfianza en los mercados, lo que puede afectar negativamente a la economía mexicana. Además, las tensiones comerciales entre México, Estados Unidos y Canadá pueden afectar negativamente el comercio y la inversión entre los tres países, lo que a su vez puede afectar negativamente la economía de México. Además, las políticas comerciales proteccionistas de Estados Unidos pueden afectar negativamente el comercio entre los dos países, lo que puede afectar negativamente la economía de México. Por ejemplo, los aranceles impuestos a los productos mexicanos pueden disminuir la demanda de los mismos y afectar negativamente la producción y el empleo en México.
En los últimos años, la política estadounidense ha sido bastante inestable, lo que ha generado un clima de incertidumbre en la economía global. La administración del ex presidente Donald Trump adoptó una postura proteccionista y antiinmigrante, lo que generó tensiones comerciales entre Estados Unidos de Norteamérica y sus socios comerciales, incluyendo México y Canadá. La renegociación del tratado de comercio, que finalmente dio lugar al nuevo acuerdo comercial entre los tres países, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), fue un proceso difícil que generó mucha incertidumbre y tensión en la economía mexicana.
Además, la administración Trump también presionó a México para que aceptara cambios en el T-MEC que beneficiaran a Estados Unidos en detrimento de México. Por ejemplo, Trump presionó para que se incluyeran disposiciones laborales más estrictas en el T-MEC, lo que habría aumentado los costos para las empresas mexicanas. Si bien se llegó a un acuerdo sobre estas disposiciones laborales, las tensiones en torno al T-MEC continúan en otros ámbitos.
Por otro lado, las tensiones políticas en Estados Unidos de Norteamérica también pueden tener consecuencias importantes en la economía mexicana. Las políticas migratorias de la administración de Trump, por ejemplo, generaron incertidumbre y tensión en la economía mexicana, especialmente en las regiones que dependen en gran medida de las remesas enviadas por los migrantes mexicanos que trabajan en ese país. Además, las políticas comerciales proteccionistas pueden generar un aumento en los precios de los productos importados, lo que puede afectar la capacidad adquisitiva de los consumidores mexicanos. Es importante que los líderes políticos y económicos de los países trabajen juntos para minimizar los impactos negativos y mejorar la economía de la región. Esto incluye una mayor cooperación en el comercio y la inversión, así como una mayor estabilidad y predictibilidad política y económica en Estados Unidos. El tratado de comercio entre Estados Unidos, México y Canadá es un paso importante en esta dirección.
“Ningún problema económico tiene una solución puramente económica” John Stuart Mill (Filósofo y economista inglés).
Nos saludamos en la próxima.
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