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¿Si o no a “las mañaneras” de López Obrador?
El dilema anterior parece la mayor preocupación de “los genios” de Palacio y se ha convertido el principal debate al que nos convocan los maestros de la manipulación y la estratagema “engañabobos”.
Un dilema que está por encima de la violencia sin freno; por encima de la crisis económica y el desempleo; dilema que deja atrás la falta de medicamentos y los rezagos en salud y en educación.
Dilema que ignora no sólo los escandalosos feminicidios por todo el país sino las desapariciones y los cientos de miles de mexicanos muertos a causa del mal gobierno federal.
Dilema que en una democracia verdadera debía avergonzar a México y a los mexicanos, frente al tamaño de los grandes problemas nacionales y frente a la incompetencia oficial.
Y es que para el poco eficiente huésped de Palacio y para su gobierno populista y dictatorial “las mañaneras” no solo son un asunto vital sino que, en la práctica, se tata de un caso “de vida o muerte”.
¿Y por qué esa simulación motejada como “las mañaneras” son un asunto de vida o muerte para el presidente mexicano?
Porque el tirano López cree que los 30 millones de mexicanos que votaron por él siguen igual de desinformados que en el lejano 2018.
Y porque AMLO supone que esos 30 millones de ciudadano siguen creyendo en sus mentiras, en sus fantocherías y en su impostura.
Sí, el presidente mexicano se niega creer que día a día son más quienes le han perdido la confianza y repudian su gestión a causa de su mal gobierno.
Lo cierto es que “las mañaneras” son el peor enemigo del presidente; son la confirmación de que el suyo es un gobierno dictatorial que supone que todos los ciudadanos se tragan a puños el cuento de la versión oficial y de los otros datos.
El presidente mexicano sigue creyendo que todos los ciudadanos siguen siendo los mismos, a pesar de las primeras cien mil mentiras oficiales; a pesar de los 150 mil muertos violentos; a pesar de los más de cien mil desaparecidos y a pesar de saqueos impensables como el de Segalmex.
El mandatario se niega a ver que día a día son más los ciudadanos que confirman que las llamadas “mañaneras” son un grosero acto de proselitismo oficial; una farsa convertida en “verdad oficial” al mejor estilo populista.
Y es que todos –no sólo el gremio periodístico, sino los ciudadanos en general–, saben que el proselitismo oficial está muy lejos del tradicional ejercicio de rendición de cuentas, conocido como “rueda de prensa”.
Y tampoco es novedad que detrás de “las mañaneras” sólo aparece la más vulgar propaganda oficial, pagada con dinero público y, sobre todo, convertida en el mejor ejemplo de una política pública cuyo objetivo es moldear la realidad al gusto y la conveniencia del presidente mexicano.
En pocas palabras, “las mañaneras” son el ejemplo claro de que en el gobierno mexicano se impone una verdad oficial, por sobre los hechos y contra la terca realidad que, a diario, desmienten a López Obrador.
Por todo lo anterior aquí creemos que “las mañaneras” deben seguir vivas y vigentes hasta el final del sexenio
¿Y por qué esa farsa llamada “mañaneras” debe seguir, a pesar de que muchos insisten en que deben desaparecer?
Vamos al paso a paso.
1.- Porque sí y sólo sí corresponde al ciudadano decidir en libertad plena lo que deben o no ver y/o escuchar; haya salido de las voces oficiales o de la opinión de los periodistas críticos e independientes.
2.- Porque los números confirman que día a día López Obrador pierde audiencias en sus mañaneras, lo que ratifica que todos los días una porción importante de ciudadanos abre los ojos, deja de creer en AMLO o, de plan, se convence de que la realidad desmiente al tirano de Palacio.
3.- Porque la mejor manera de educar a la sociedad, en general y a los ciudadanos, en particular, sobre la importancia de libertades como la de expresión y derechos como el de exigir la rendición de cuentas del poder, es cuando desde la cúspide del poder se intenta callar la voz popular, se le miente al ciudadano y se oculta la verdad.
3.- Y porque “las mañaneras” son la mejor y más documentada hemeroteca de gobierno mexicano alguno; recopilación que tarde o temprano permitirá probar la ineficacia, la estulticia, la mitomanía, las violaciones constitucionales y los crímenes de Estado cometidos por López Obrador.
Por todo lo anterior “las mañaneras” deberán seguir vivas a pesar de que “intelectuales” de ornato que ayer apoyaban la candidatura de AMLO, hoy pretenden imponerles a los ciudadanos la otra censura; la del pueblo bueno.
Lo cierto es que el ciudadano debe estar capacitado para rechazar por sí mismo a un mal presidente como AMLO; mentiroso, ineficaz, impostor y ruin, sin necesidad de que nadie le diga qué ver y qué escuchar.
Y es que resulta igual de perniciosa la censura que se ejerce desde Palacio, que el intento de censura a “las mañaneras” de Palacio.
Al tiempo.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.