Ráfagas: Voracidad panalista
Twitter: @OswaldoRamirezG
<< ¡Te la canto! ¡Me canso ganso dijo un zancudo cuando volar no pudo, una pata se le torció y la otra se le hizo nudo, luego le dio laftosa y hasta se quedó mudo y ya mejor no le sigo porque luego yo sudo! >>
Quien diría que la frase anterior la cual forma parte del diálogo entre Germán Valdés “Tin Tan” y su carnal Marcelo en la película “El Niño Perdido” (1947) aún más famosa en tiempos recientes solo que con un sentido totalmente distinto. Cuando a nuestro Huey Tlatoani, Andrés Manuel López Obrador se le preguntó sobre si antes de que terminase su sexenio estaría listo el nuevo aeropuerto internacional, hoy AIFA. El contesto:
“En tres años, me canso ganso, estará funcionando el Nuevo Aeropuerto internacional de México y dos pistas adicionales en la base de Santa Lucía”.
Esto lo dijo hace varios ayeres en el Palacio Legislativo de San Lázaro ¿y qué creen? Lo cumplió. Desde entonces la frase “Me canso ganso” ha sido recurrente para que, de vez en vez, el presidente responda con ella cuestionamientos y retos de quien intenta poner en duda los objetivos de su gobierno. Ahora bien, que en la práctica esto sea una realidad es otro cantar. Mientras tanto el marketing con esta copla ha hecho lo suyo en playeras, estampas, memes en redes sociales y demás.
Un caso similar pasa con la canción de “El Panadero”, la cual desde hace ya varios años la utilizan como tono de venta los panaderos ambulantes tanto en la capital mexicana como en el interior del país. No todos conocen el origen de dicha canción, para las nuevas generaciones esta melodía es graciosa y sinónimo de salir a comprar el pan. Quizás como cultura general ubican que quien canta era un actor del cine de oro mexicano. Sin embargo, a menos que de boca de sus padres o abuelos lo hayan escuchado, sabrán que se trata de la interpretación vocal del pachuco Tin Tan en parte de la película “¡Ay amor como me has puesto!” (1951) comedia romántica que retrata las aventuras de un panadero de la ciudad de México de mediados de siglo XX.
Por cierto, hablando de música y aracuanes cantantes, a finales del 2005 los grupos de rock mexicano más importantes de aquel momento sacaron “¡Viva Tin Tan!” (Sony BMG, 2005), álbum recopilatorio con algunas de las principales canciones interpretadas por el cómico, y es que, desde mediados de la década de 1990 conjuntos como Café Tacvba y La Maldita Vecindad, como respuesta dentro de la contracultura mexicana adoptaron el estilo irreverente de caló al hablar y de vestir de aquel que se decía ser “Un Pachuco de Pachuca Hidalgo”, pero que en realidad nació en una vecindad en el corazón de la Ciudad de México, el 19 de septiembre de 1915, y que posteriormente por motivos laborales del trabajo de su padre, movieron a cambiar de residencia a la familia Valdés hacia Ciudad Juárez, Chih., y El Paso Texas, donde pasó la primera parte de su juventud y adolescencia.
Germán Genaro Cipriano Teodoro Gómez Valdés y Castillo, mejor conocido como “Tin Tan” simple mote cual repicar de campanas, porque como el solía decir “todo en él era música”, fue el fundador de una de las dinastías más famosas de cómicos en México (Don Ramón, El Loco Valdés y El Ratón). Actor y cómico arriesgado adelantado a su tiempo, formado en las carpas y en el teatro de revista, que se salió del molde rompiendo con los escenarios habituales y campiranos que mostraba el cine de época para retratar en cambio, el mundo de arrabal y cabaret de una manera picara e ingeniosa. Con un personaje cuyo estilo inigualable de vestimenta (saco grande, pantalones bombachos de pinzas y sombrero con pluma) y forma de hablar fue importada de la frontera norte de nuestro país; el spanglish.
Hablar de cada una de sus más de cien películas es todo un universo. Cada una de ellas es un tema en sí, y me atrevo a decir que la mirada con poca lupa por parte de las generaciones de cristal de hoy quizás se desgarrarían las vestiduras tildando a más de una de ellas de sexistas y grotescas. No obstante, no sospechan siquiera que su legado fílmico lo llevamos impreso en nuestro ADN como parte de la cultura mexicana, así como el de Mario Moreno “Cantinflas”, Pedro Infante, El Santo, Frida Kahlo o María Félix, a través de frases, música, palabras, arte o vestimenta.
La vida de Germán Valdés “Tin Tan” tuvo sus altas y bajas y en el ocaso de esta le fue diagnosticada una cirrosis hepática que, junto con un cáncer de páncreas, le mermaron la existencia hasta su muerte un 29 de junio de 1973. La gravedad de sus males le fue ocultada hasta el final por voluntad de su esposa, Rosalía Julián. Esta como muchas otras anécdotas familiares de su vida son relatadas por su hija, Rosalía Valdés Julián en el libro “La historia inédita de Tin Tan” (Planeta, 2003). Por otra parte, para saber un poco más sobre el impacto cultural que tiene la figura del Pachuco de Pachucos, les recomiendo ver el documental «Tin Tan” (2010) dirigido por Francesco Taboada Tabone.
Finalmente, pese a que en vida Germán Valdés evitó inmiscuirse en política, pues como dijo en uno de sus filmes “de la política entre más retirado mejor”, no perdía la ocasión de hacer alusiones en defensa de los pobres, como en “El Revoltoso” (1951), apelar a la paz y la concordia entre las naciones como en “La Marca del Zorrillo” (1950) o en la práctica hacerla de un Robin Hood mal logrado como en “El Rey del Barrio” (1950). Sus canciones hoy son adaptaciones rockeras y su frase no política marca un hito en este sexenio. Mientras que su voz de doblaje del oso Baloo en “El Libro de la Selva” (Disney, 1967) invita a vivir la vida sin preocupación. Este es su legado a cincuenta años de su ausencia.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.