Subestimando a la presidenta
Sin importar a qué te dediques o la edad que tengas, siempre subyace dentro de ti un temor irracional y muchas veces infundado: el del rechazo. Por eso interactuar con los demás no resulta sencillo. Por más que te hayas habituado a hacerlo, comenzar un diálogo con desconocidos requiere valor.
Ahora, como ejecutivo en cualquier peldaño de la escala profesional, siempre vas a conocer gente, mucha gente. Puede ser en una conferencia, un evento o socialmente, pero independientemente del contexto, tendrás que hablar sobre quién eres, qué haces y por qué a los demás debería importarles.
Convencer a colegas potenciales de que serías un gran colaborador y un socio confiable significa diseñar la propia historia.
La primera pregunta que muchas personas hacen al reunirse es: «¿Qué haces?» hemos respondido a la pregunta un millón de veces, aunque no siempre de la mejor manera.
Se requiere preparar la respuesta con una visión clara, concisa y convincente. Se requiere algo que ayudará a las personas a conectarse contigo. ¿Puedes decir algo interesante de ti al momento? Si provienes de una familia muy tradicional como la mía, te inculcaron la minusvalía como signo de educación donde alardear está proscrito.
En las reuniones de primos ahora solemos burlarnos del consejo del abuelo: ante un halago se baja la cabeza humildemente y se musita: “favor que usted me hace”. Entonces no estamos preparados para brillar y sorprender. Nos gana la impuesta humildad.
¿Esto tiene remedio? Si. En lugar de simplemente indicar la profesión, conviene agregar un lema corto que dé el nombre de la empresa, su posición y el propósito del negocio. Es una especie de tráiler de tu propia película.
Este guión se debe preparar para diferentes contextos. Es decir, tener una versión social y otra de networking para los negocios. En cualquier caso conviene que sea muy breve.
Existen cuatro tipos de historias que todos los líderes empresariales deben tener a mano: historias de éxito, historias de fracaso, historias divertidas e historias de leyendas.
Ahora, elegir la mejor historia para una situación dada es menos intuitivo de lo que parece. En una entrevista con un cliente potencial, puede demostrar humildad y parecer que es bueno trabajar contigo.
En cualquier oportunidad de establecer contactos, es probable que haya cinco personas que conozcas que podrían ayudarte a construir tu negocio. Debemos estar alertas para detectarlas.
Ahora existen “llaves” de entrada a la conversación. La primera es detectar algo en común con tu posible interlocutor. La segunda es un cumplido genuino. La tercera es sonreír. Una cuarta pero muy importante es observar mientras la cuarta es escuchar. La quinta es preguntar.
Y si, aunque parezcan tortuosas las reuniones de Neuworking puedes generar una amplia red de amigos y aliados. Pero no olvides responder correctamente qué haces. Prepara desde ahora tu guion.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.