Subestimando a la presidenta
· Marcelo recrimina a López por su segundo rechazo
· Pero no se va por amor, admiración o tal vez terror
Marcelo Ebrard hizo el peor reclamo a su carnal.
¿Carnal?
Bueno, así se decían entonces, cuando sellaron su alianza para ir en pos del poder federal y prometieron no tener ambiciones personales.
-En 2011 te di la candidatura presidencial con 30 cuestionarios y me hice a un lado siendo yo jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Así recriminó públicamente ayer Marcelo Ebrard Casaubón a Andrés Manuel López Obrador, quizá como último recurso para llervarse la candidatura escamoteada entonces y ahora.
Lo hemos dicho aquí: López Obrador es a la vez impulsor de la carrera de Ebrard (lo hizo jefe de Gobierno) y obstáculo a sus aspiraciones presidenciales.
En aquel tiempo, refirió ayer el ex canciller con datos oportunamente aportados aquí, cedió el espacio con una treintena de cuestionarios en la encuesta organizada por el Partido de la PRD.
¡Treinta cuestionarios!
El ahora disidente tenía todo para reclamar, pero se hizo a la vera de aquella sucesión y a continuación le narramos la historia con información de primerísimo nivel de cómo Andrés Manuel López Obrador lo desestimó como ahora.
AQUEL SÁBADO
A la historia:
En noviembre de 2011 se acordó realizar una encuesta entre los dos aspirantes a la Presidencia de la República por el PRD, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard Casaubón.
Se hicieron varias preguntas y resultaba ganador el jefe de Gobierno (Marcelo Ebrard), pero en el desempate se recurrió a 36 preguntas y en ellas supuestamente ganaba López Obrador.
Aquel sábado, momentos antes de anunciar al ganador en común acuerdo, Ebrard tenía los resultados previos y se fue a un hotel céntrico a preparar el acto del anuncio donde le levantarían la mano.
Ahí lo alcanzó Pío López Obrador, el hermano menor del ahora presidente y amigo a la vez de Ebrard, para saber cómo sería el acto.
Ebrard celebró porque había ganado.
-No, Marcelo…
Y Pió le refirió ir como representante de su hermano para pedirle que declinara a favor del tabasqueño y no hiciera ni declaraciones ni actos con el fin de cuestionar la candidatura de Andrés, como le dicen ellos.
Ebrard rechazó:
-Yo gané, Pío…
Se despidieron.
Ebrard fue al Antiguo Palacio del Ayuntamiento a hacer algunos trámites mientras Pío se dirigió al departamento privado que tiene Andrés Manuel en la Colonia Narvarte.
Llegó con su hermano:
-¿Qué te dijo?
-No acepta.
-¿Ya vez?… Marcelo no es confiable.
En eso llegó Ebrardy lo anunciaron.
-Vete por las escaleras para que no te vea. Yo hablo con él.
Ahí se doblegó Marcelo Ebrard.
Ahora hay que ver cuándo se doblega una vez más ante, tal vez, su última oportunidad de aspirar a la candidatura presidencial con posibilidades de victoria.
TEMOR A LÓPEZ
Atrás de todas estas historias viene otra.
Marcelo Ebrard no se irá.
Ha garantizado a los suyos, a quienes le estructuraron comités en los 300 distritos electorales del país bajo la coordinación de Malú Micher y Martha Delgado, mantenerse en Morena y no romper con López Obrador.
Es su decisión.
Es dejar vestido y alborotado a Dante Delgado, a Movimiento Ciudadano y a quienes soñaban con una división al interior de la estructura oficial.
Ya lo saben: la lealtad a López Obrador se mantiene por amor, por admiración, por temor o por horror, armas del tabasqueño.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.