Radar Político: Parra, se adorna…
La extradición de Ovidio Guzmán, a la justicia de Estados Unidos, en realidad fue una entrega pactada.
Sí, pacto celebrado entre los gobiernos de México y Estados Unidos y, sobre todo, entre el presidente López Obrador y “El Chapo” Guzmán.
En realidad se trató de un cuerdo que, en rigor, compromete al gobierno mexicano con “Dios” y con “El Diablo”. Es decir, con el gobierno de Biden, por un lado y con el Cártel de Sinaloa, por el otro.
De esa manera, al entregar a Ovidio Guzmán al gobierno de Biden, el mandatario mexicano detiene, de forma temporal, las investigaciones sobre su alianza con los cárteles de Sinaloa y Jalisco.
Al mismo tiempo ayuda a la imagen de su homólogo, quien en tiempos electorales presentará la extradición como una victoria de su lucha contra el tráfico de fentanilo y a favor del combate a la peor epidemia de enervantes, que provoca más de 110 mil muertes al año, en la Unión Americana.
Además, Obrador pactó con el gobierno norteamericano la liberación de la tercera esposa de “El Chapo”, consiguió condiciones favorables para “El Chapito” en Chicago y hasta recuperó para México la “Categoría 1” para el aeropuerto de la CDMX. entre otros “beneficios” que aún no conocemos.
Pero también es cierto es que la extradición de “El Chapito” se pactó luego de una larga negociación en la que participaron, de forma directa, tanto el presidente mexicano como operadores del mandatario norteamericano, quienes hasta hoy habrían cumplido su parte.
Pero vamos al paso a paso.
1.- Todo el andamiaje del acuerdo para extraditar a Ovidio Guzmán arrancó en México el primer día de septiembre del 2023, cuando un juez ordenó a la cancillería y a la FGR dar curso a la solicitud de extradición de “El Chapito”, como lo había exigido el gobierno norteamericano.
2.- De forma inexplicable, los abogados Ovidio Guzmán no acudieron a ningún recurso legal –un amparo, por ejemplo–, en contra de la extradición para que el narcotraficante fuera enviado ante la justicia norteamericana.
3.- Curiosamente, al día siguiente, el sábado 2 de septiembre, México y el mundo se enteraron de la fastuosa celebración de 15 años de la hijastra de José Ramón López Beltrán –hijo mayor de AMLO–, en Culiacán, al que acudió la clase política, el empresariado e integrantes del Cártel de Sinaloa.
Lo simpático es que “la quinceañera” está por cumplir 18 años y de forma deliberada la celebración fue profusamente publicitada. En el fondo se trató de la primera señal de que –a pesar de lo que se avecinaba en torno al cártel de Sinaloa–, la alianza entre López Obrador y Joaquín Guzmán se mantiene intacta, a pesar de que “El Chapo” cumple cadena perpetua en una prisión de Colorado, en Estados Unidos.
En esa ocasión pocos entendieron el mensaje y muchos preguntaron: ¿Por qué los 15 años en Culiacán? ¿Por qué celebrar 15 años a los casi 18 de la festejada? ¿Por qué no, por ejemplo, en la seguridad y la comodidad de un hotel en Estados Unidos? ¿Por qué razón la fastuosa exhibición pública, de manera deliberada, para que todo el mundo se entere?
La respuesta es clara: las partes mandan decir: “que vea todo el que quiera ver y que escuche todo el que quiera escuchar”.
4.- A su vez, la madrugada del miércoles 13 de septiembre, Emma Coronel, la tercera esposa de “El Chapo”, alcanzó la libertad condicional antes de cumplir su condena. Incluso, la noche del 15 de septiembre se le vio celebrando “El Grito” en un conocido bar de Los Ángeles, California.
5.- El 14 de septiembre, de manera repentina y cuando el Aeropuerto de CDMX está en uno de sus peores momentos, la Administración Federal de Aviación, de Estados Unidos (FAA), regresó a México la “Categoría 1” en seguridad aérea, la cual perdió en 2021. Entre especialistas e industriales de la aviación comercial, se trató de “un premio mayor” que no merecía México.
6.- Horas después y al mejor estilo de Hollywood, la madrugada del 15 de septiembre, un helicóptero aterrizó en el patio central del Penal del Altiplano y, minutos más tarde despegó con una preciada carga; Ovidio Guzmán, quien media hora después viajaba en un avión militar, a Chicago.
7.- Otra “casualidad” es que la repentina extradición de “El Chapito” no provocó ninguna “reacción violenta” del Cártel de Sinaloa, al extremo de que el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, dijo que no sería necesario un operativo policiaco en prevención. Es decir que, en tanto integrante del Cártel de Sinaloa, Rocha conocía los entretelones de la negociación.
8.- Durante todo el 15, 16 y 17 de septiembre, el gobierno mexicano no dijo nada sobre la extradición de Ovidio y la confirmación debió venir de una fuente norteamericana.
9-. Mientras tanto, desde Palacio se estimuló el debate público y la condena sobre la participación de contingentes de Rusia, China, Nicaragua, Cuba y Venezuela en el desfile conmemorativo del la Independencia de México; debate que desvió la atención del pacto entre Palacio y “El Chapo”.
10.- Al final, el lunes 18 de septiembre, en su mañanera, Obrador reconoció así la negociación: “Si ustedes escuchan la radio, (si) ven televisión (y) redes sociales, todos los políticos de Estados Unidos, de un partido o de otro, están hablando de las drogas, del fentanilo, y culpan a México.
“Es parte de la estrategia politiquera, con todo respeto, que se aplica, queriendo engañar (a) los ciudadanos estadounidenses, yo creo que eso ya no les funciona y que no se puede estar haciendo propaganda, publicidad, politiquería (y) tratando de afectar a México.
“Precisamente para no dar ningún pretexto, para que no quede ninguna excusa, pues cuando se presentan estas solicitudes, se aplican y eso es lo que se hizo en este caso”. (FIN DE LA CITA)
Pronto sabremos todo lo que exigió el presidente mexicano al gobierno norteamericano, para entregar a “El Chapito” y también podremos confirmar los lazos que mantienen viva la alianza entre AMLO y “El Chapo”.
Y es que Estados Unidos tiene intereses, antes que amigos o aliados.
Al tiempo.
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