(W) Ecos Sindicales: Roberto Zerón Sánchez
Como una contradicción, el agua, ayudada por el viento implacable, se ensañó con el puerto de Acapulco, a la par que se da a conocer la sequía que padece el famoso lago de Cuitzeo y el agua se retira de otros ríos, lagos, lagunas y zonas acuáticas como una premonición de lo que nos espera en poco tiempo. En Acapulco el auxilio seguía sin parar en toda esa zona, mientras el número de muertos y desaparecidos seguía en aumento. La miseria de los opositores, buitres como los calificó el diario La Jornada, se ha ensañado con mentiras en medios y redes, cuando por el contrario miles y miles muestran su solidaridad. Sobre la podredumbre de los pequeños que solo tienen eso para herir, ya se está hablando de investigación, porque en tiempos precarios de tragedia, guerras y cataclismos, es un delito entorpecer la ayuda a las víctimas. Por fortuna la solidaridad y la información auténtica que se mueve en torno a la solución, los descalabra, les tapa la boca.
EN LOS AVATARES QUE ACERCAN A LA FANTASÍA, NOS TOPAMOS CON LA SEQUÍA
Dulce o susto dice la tradición celta del Halloween y a los capitalinos les quedó la advertencia del susto de Cuitzeo, cuando la gran ciudad no anda muy lejos. Ya las autoridades han advertido. En las ciudades las sequías como responsabilidad colectiva -acentuada en las autoridades-, se extiende como dedo acusador del que todos quieren zafarse. La larga historia de una desecación continua en el Valle de México, en la que los españoles tuvieron mucho que ver con sus intervenciones hidráulicas y que se fue acentuando por ignorancia, desidia o ineptitud en el llamado México independiente, trabó mucho el acontecer que conduce a esta etapa crucial. El mal uso del agua que lleva a la pérdida de alrededor del 40 por ciento del líquido, nos los esgrimen a los neófitos con muchos argumentos: la lejanía de la extracción del agua de las más importantes fuentes proveedoras en cuyo traslado suele perderse hasta el 40 por ciento del que ellas aportan; el aumento de uso personal a 280 litros contra 150 que se promedia en otros lugares del país y del mundo; las fugas, el hundimiento paulatino de la zona que con los sismos genera alteración en las instalaciones, el abuso de las empresas privadas, la migración permanente que presiona el uso del contenido líquido, entre muchos, además de la pérdida del valor del agua por las malas facturaciones, la negativa a pagar de la población, los robos del fluido, y un sinfín de calamidades. Estas ponen a la gran ciudad en la antesala de una crisis más seria que la actual, en la que puede iniciarse -como en otras zonas del mundo-, la lucha brutal por el agua que es la lucha desesperada por la vida.
AGUA QUE NO HAS DE BEBER, CUÍDALA
La sentencia catastrófica que dio la Comisión Mundial del Agua en 1999, de que en este siglo solo dos de los 500 ríos más grandes del mundo serán considerados salubres, está a la puerta. Y eso se extiende a los lagos. En México al de Cuitzeo se suman muchos más como el gran lago de Chapala por ejemplo, que camina desde hace tiempo a la desecación (Chapala en crisis, Universidad de Guadalajara 2000). Por fortuna no es el caso del lago de Texcoco motivo de la consulta en torno al aeropuerto hace tres años, que dio por resultado un repunte de la concientización ciudadana al optar por otra zona, Santa Lucía. En el de Texcoco y toda esa hermosa zona, se yergue como lo que será una de las más espectaculares zonas turísticas del país con un proyecto que incluye no solo la diversión en el agua, su cuidado y desarrollo, sino la cultura, el placer de la belleza del entorno y uno de los grandes regalos que tendrá la gran capital. Cerca está otro lago que hay que cuidar, advierten los habitantes, el de Zumpango.
OCTUBRE SE VA, ARRASTRADO POR LA FANTASÍA
La fiesta del Halloween que se originó con los celtas hace más de tres mil años, y que es la prosapia de esas fiestas en Escocia, atribuida al poeta de ese país Robert Burns, Irlanda y en otros países donde se asentaron escoceses e irlandeses, fue enfrentada por la iglesia católica con la creación del día de Todos los Santos, el primero de noviembre. Dicha iglesia suele meterse en las tradiciones populares cuando ve que le quitan relumbrón y gente y así ha pasado por ejemplo en México con el Jueves de Corpus que aquí se celebra alegremente como día de las mulas o el caso del NiñoPa en Xochimilco, que la iglesia estuvo censurando como pagana hasta que la recolectó para sus fines. No profundiza en las tradiciones que surgen por lo general de necesidades humanas o fiestas para conmemorar las dádivas de la naturaleza, como es el caso del origen de la festividad del Halloween, que aunque cruel y con sacrificios humanos en sus orígenes, celebraba y celebra, la recolección de las buenas cosechas y la dación de los bienes naturales como el agua. Para los escoceses y los celtas, como para los mexicanos, la fecha cierra el ciclo del otoño con antelación, y se entrega en la penumbra del invierno, cuyas dádivas restringe la naturaleza.
VERLAINE, UN GRAN POETA ANTE VENDAVALES, SEQUÍAS Y MUERTE
Para despedir parte de este otoño, cuando se va octubre y se anuncia la celebración de la muerte, en Los mejores poetas franceses (Bruguera 1994), un retazo de esta canción de Paul Verlaine (1842-1896), el gran poeta simbolista, amante de Arthur Rimbaud, al que Rubén Darío llamaba “el lánguido Verlaine” y del que Federico García Lorca decía que “era rosa roja y amarilla a la vez”:
CANCIÓN DE OTOÑO
Todo agitado,
pálido, cuando
suena la hora,
mi alma recuerda
días pasados
y llora.
Marcharse dejo
por el mal viento
a mi alma, incierta,
aquí y allá,
igual que la
hoja muerta.
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