Laboratorio Público/ 100 días
“Nunca pertenecería a un partido político que admitiera como militante a alguien como yo.” – Groucho Marx
El partido Nueva Alianza fue fundado por órdenes de Elba Esther Gordillo en el año 2005.
Elba Esther, acostumbrada a mandar, difícilmente podía ser sometida. Arrogante y enferma de poder, hizo que el SNTE se separara de la FETSE y creara su propia federación de sindicatos, para así ser ella quien moviera los hilos tras bambalinas.
Resulta curioso que, en los albores de la FETSE, su lema era análogo al del SNTE: “Por un Estado al servicio del pueblo” / “Por la educación al servicio del pueblo.”
El 27 de febrero de 2004 nació la Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos (FEDESSP). Su creación fue el resultado de la participación de 44 organizaciones sindicales.
En el ámbito político y partidista, Gordillo sostuvo innumerables desencuentros con Emilio Chuayffet dentro del PRI. Aunque militaba en ese partido, coqueteó con el PAN y jugó un papel preponderante en las elecciones del año 2000, donde triunfó Vicente Fox.
Por ello la urgencia de tener su propio partido; una vez conformado, Nueva Alianza apoyaba a diferentes partidos políticos para ir en coalición. ¿Cuál era la mecánica que invariablemente utilizaba Nueva Alianza? Antes de formalizar las coaliciones, Nueva Alianza pagaba a encuestadoras para determinar qué partido o candidato estaba mejor posicionado. Una vez identificado, ofrecían ir en coalición y negociaban porcentajes y candidaturas. La ironía tocó fondo cuando, en una entidad, su apoyo favorecía a la izquierda (PRD), mientras que en otra apostaba por la derecha (PAN). ¡A ese nivel llegaba su cinismo!
La hecatombe ocurrió en 2018, cuando la mejor carta para respaldar parecía ser Enrique Peña Nieto, ya que AMLO había rechazado el apoyo de Gordillo tanto en 2006 como 2012. Al coaligarse con el PRI, Nueva Alianza perdió el registro a nivel nacional.
Sergio Hernández, en su orgullo, afirmó que el voto de Nueva Alianza ya no requiere del magisterio. Sin embargo, eso mismo pensó el fallido candidato de Nueva Alianza en el municipio de El Arenal. Este candidato menospreció al SNTE, y para honra del PRI, fue el único municipio donde dicho partido obtuvo un triunfo.
Sin hacer más conjeturas y dejando al juicio de cada lector, analicemos lo siguiente:
Sergio Hernández celebró con bombo y platillo al PANAL, pero en su ceguera –o quizás ignorancia–, se negó a aceptar la realidad. Al festejo no asistió el Secretario General del SNTE; tampoco acudieron diputados ni regidores de Pachuca emanados por ese partido; -ellos- prefirieron refrendar su apoyo al dirigente del SNTE de forma velada, antes que comprometerse con el líder de Nueva Alianza.
Si la declaración de Sergio Hernández se refiere a que Nueva Alianza no requiere el voto magisterial, podría ser relativamente cierto. En la reciente elección, donde se coaligó con Morena, logró una importante cifra de votantes, pero no de manera directa, sino gracias a una ventajosa negociación.
Parafraseando la célebre frase de Carlos Fuentes:
“Yo soy grande por lo que leo, no por lo que escribo.”
“El Panal es grande por lo que negocia, no por lo que ofrece.”
Retazo con Hueso: