
Ráfagas: Exige Congreso investigar a legislador pistolero
PACHUCA, Hgo., 14 de julio de 2025.- Cada administración trabaja políticas públicas, programas y acciones. Muchas pasan de noche, no obstante, aunque son las menos existen otras que generan buenos resultados.
Estos programas exitosos en algunas ocasiones llegan a institucionalizarse y a mantenerse, con adecuaciones logran trascender entre administraciones. Sin embargo, muchos de los proyectos exitosos no llegan a escalarse y replicarse, normalmente terminan descafeinados, desfigurados o condenados al olvido, sobre todo si hay alternancia política.
Un ejemplo de estos programas exitosos son los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (PILARES) política que obtuvo el premio de la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras (AICE) el cual reconoció internacionalmente las acciones en educación que desarrolla el Gobierno de la Ciudad de México y que como fue impulsado en su momento por la Presidenta Sheinbaum, este proyecto ahora se replicará a nivel nacional.
Pero no todos los programas exitosos llegan a tener esa fortuna, a pesar de obtener reconocimientos, premios y sobre todo de generar un impacto positivo; generalmente corren el riesgo de ser borrados mediante un plumazo, sobre todo si no hay voluntad política o si no se conoce u valora el trabajo previo
Con el fin de rescatar estas acciones se han emitido convocatorias para constituir bancos de proyectos por parte de asociaciones de alcaldes, organismos estatales, federales e incluso internacionales, más no hay una institución que junte, sistematice y dé seguimiento a estos proyectos, mucho menos que facilite la adaptación de los mismos a nuevos contextos y territorios.
Además, los bancos de proyectos existentes no generan criterios homogéneos y normalmente no se cuentan con los elementos técnicos y políticos que dieron viabilidad a los resultados de un programa, con evidencia concreta de sus resultados o simplemente no cuentan con un lenguaje claro y estructurado.
Estar convencidos de que vale la pena rescatar, compartir y fortalecer aquellos programas que han demostrado tener impacto real en las comunidades es un paso hacia visibilizar y replicar las acciones exitosas. Recordemos siempre que el éxito se comparte.