
Ráfagas: Festival Tlajtoli, mala organización
PACHUCA, Hgo., 11 de agosto de 2025.- Internet abre la puerta a un sinfín de información, ha simplificado la manera de obtenerla y reducido considerablemente los tiempos para acceder a ella. El reto actual no es solo encontrar datos, sino aprender a interpretarlos y contextualizarlos. El Informe Delors nos recuerda que para “aprender a conocer” debemos adquirir los instrumentos intelectuales que nos permitan comprender el mundo y vivir con sentido en él. Esta capacidad se vuelve imprescindible cuando nos enfrentamos a la inmensa riqueza y complejidad de la diversidad cultural.
La UNESCO entiende la diversidad de las expresiones culturales como el conjunto de las distintas formas en que se manifiestan las culturas de los pueblos, incluyendo sus tradiciones, lenguas, artes y modos de vida. Como señaló Clifford Geertz, “el hombre es un animal amarrado a redes de significado que él mismo ha tejido”, y conocer esas redes es acercarse a comprendernos desde la otredad.
Desde la diversidad cultural, aprender a conocer implica abrirnos a otras realidades, maneras de ver y concebir el mundo diferentes a la nuestra. No se trata de una curiosidad superficial, sino de un ejercicio consciente de diálogo y entendimiento.
Esta dimensión del aprendizaje exige comprender que nunca dejaremos de aprender y de reinterpretar, porque el conocimiento es un proceso dialéctico permanente. La diversidad de las expresiones culturales es el centro de esa conversación: el espejo en el que nuestras certezas se cuestionan y nuestras ideas se transforman. Ese espejo donde nos miramos en el otro y en el que las culturas dialogan sobre sus similitudes pero sobre todo sobre sus diferencias, no para contrastar y etiquetar sino para comprender y respetar.
Aprender a conocer, en un mundo culturalmente diverso, es aprender a mirar sin prejuicios, a escuchar con paciencia y a interpretar con sensibilidad. La riqueza cultural nos permite entrar en diálogos constantes, descubrirnos en otras realidades y, a través de ellas, ver lo que somos y lo que podemos llegar a ser. Como también escribió Geertz, “no necesitamos teorías más profundas, sino descripciones más densas” para comprender la complejidad humana hay que ver desde otra perspectiva, desde la perspectiva del otro.