Topógrafo corneal portátil incubado en la UNAM
MEXICO, D.F., 4 de julio de 2015.- Para encender algunos lavarropas hay que presionar el botón de encendido por un cierto tiempo y con una cierta intensidad.
Si la presión que le aplicas es muy suave, no pasa nada. Si es muy fuerte, la máquina empieza a quejarse con un pitido estridente.
Una vez que dominas la técnica todo es muy sencillo: se encienden las luces, arranca el ciclo hasta que llega a su punto más álgido y, al final del proceso, acabas con una montaña de ropa húmeda con olor a limpio.
Pero para quienes no están familiarizados con el aparato, su funcionamiento puede parecer un misterio.
Salvando las distancias, algo similar ocurre con el orgasmo femenino. Si la acarician de la forma correcta, una mujer puede alcanzar tal grado de éxtasis que, por unos segundos, el mundo deja de existir.
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