Topógrafo corneal portátil incubado en la UNAM
PACHUCA, Hgo., 5 de enero 2023.- Previo a su lanzamiento para explorar elementos de la superficie lunar por medio de micro robots y tras prácticamente 8 años de investigaciones, el Proyecto Colmena es un éxito por su innovación y el área de aprendizaje que se generó en torno a esta misión, aseguró el académico Gustavo Medina Tanco.
En entrevista para Quadratín, el líder de este proyecto que el próximo lunes 8 de enero tiene como misión viajar a la luna para hacer diversas valoraciones de la superficie de este satélite natural y que saldrá desde Cabo Cañaveral en la Florida, Estado Unidos, puntualizó que este ya es un precedente de suma relevancia no solamente para México y Latinoamérica, sino a nivel Iberoamérica, pues ningún país de esta esfera ha hecho lo que está por acontecer.
El objetivo
De acuerdo con el doctor en Física y jefe del Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX), del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM resalta que desde 2016 nace este proyecto que pretenden hacer misiones a la Luna, que se dividirá en tres expediciones, donde el primero es precisamente Colmena como el inicio de estos viajes.
El objetivo de este primer paso es la generación de microrobótica y trabajar con estos instrumentos en forma de enjambre, de ahí su nombre, para tareas de exploración científica, pero también para operaciones comerciales inclusive la minería sobre la superficie de la Luna o en asteroides.
“Es una tecnología sumamente innovadora, que queremos que México tenga como una herramienta para participar activamente y efectivamente de colaboraciones internacionales ya sea entre agencias espaciales o entre empresas o academias para diferentes propósitos”, expuso el científico.
Dentro de los planteamientos es que ahora, en vez que se emplee un único robot sumamente sofisticado para trabajar en la Luna, se usen muchos robots más simples y pequeños que trabajen en equipo.
“Esta primera misión es esencialmente para realizar dos tipos de objetivos, tanto de ingeniería como científicos, pero esencialmente con el objetivo de casualmente identificar problemas y ganar conocimientos sobre diferentes cosas que son básicas para nuestro objetivo para nuestro proyecto final de desarrollar toda esa capacidad”, resaltó.
Los retos
Dentro de lo singular de este proyecto, aclara Medina Tanco, es que un robot con una masa solamente 57 gramos, por lo cual tienen que adecuarse y desprenderse de las soluciones tradicionales para equipos de mayor tamaño y adaptarlas ante las inclemencias de las condiciones espaciales.
“Nosotros no lo podemos hacer en algo tan chiquitito, entonces nosotros tenemos que implementar otro tipo de solución otra filosofía de resolver los problemas más que protegerte en forma activa, pues tienes que estar diseñado para resistir y sobrevivir.”
Es así que dentro de los retos es probar estos robots, tanto desde el lanzamiento, como en su viaje en el espacio como en la superficie de la Luna.
Ya ahí, en la luna, ejemplificó que se está cubierta de 20 a 100 metros de un polvo que se ha formado a lo largo de 4 mil 500 millones de años por el impacto de micrometeoritos, polvo muy fino y muy dañino a modo de vidrio molido lleno de aristas, así que se meten en los mecanismos y rompen los materiales en la estructura, en los componentes electrónicos, por lo cual éste será un desafío para esta misión.
Es así, que una de las tareas de estos microrobots sobre la luna unos y esta capa límite de entre 20 a 30 centímetros que se desprende del suelo lunar, es que ellos, en ese mundo, ese microclima, se estudiará ante la insuficiencia de información, de ahí que hagan mediciones de eso
“Para que aprendamos qué es, cómo se comportan y qué problemas puede representar tanto para la supervivencia como para las comunicaciones”. Así que Medina Tanco también precisó, que esto también representará una misión de aprendizaje.
Precio incalculable
Para la creación de estos microrobots, uno de los cuestionamientos al físico fue un promedio de costo por los pequeños y complejos de estos artefactos, para lo cual, sin presunción, consideró que es incalculable ante todo el esfuerzo a lo largo de estos 8 años de estudios y participaciones de diversas instituciones y personas alrededor de este proyecto.
Pero ¿por qué incalculable?, esto lo considera así el académico al señalar que se conjugan varios factores que no pueden hacer que al día de hoy se pueda estimar la inversión de cada uno de los 5 microrobot que viajarán a la Luna, tales como el activo intelectual y capital humano que ha intervenido, del cual se nutre de la participación en todo este tipo de alrededor de 250 jóvenes de diversas partes del país que contribuyeron en este primer paso, como lo es Colmena.
“Sería muy difícil cuantificarla, pero es sumamente importante y sería bastante injusto dar precios sin tomar en cuenta de esa contribución gigantesca, no que incluso incluye la historia de ir formando todo ese conocimiento. Entonces si fuera una empresa que va constituir un precio todo eso tendría un precio sumamente elevado”, consideró Medina Tanco, al puntualizar que tampoco puede hacer algunas estimaciones o menciones al respecto por acuerdos de confidencialidad que se poseen bajo este proyecto.
El ánimo
A horas de que parta esta misión bajo el Proyecto Colmena, del cual se programa sea el próximo lunes 8 de enero entre las 2 o 3 de la madrugada, existe una mezcla tanto de entusiasmo y nerviosismo, manifestó del líder de este proyecto, pues a su criterio hay muchas cosas que pueden salir mal, son cosas muy complejas al ir a la Luna, además la complejidad es la innovación con la que se hace este nuevo recorrido en la superficie lunar.
Si bien ante estas vicisitudes fuera de considerarse que caigan en un fracaso, son para el desarrollo académico, de pasar así, pequeños pasos para llegar al objetivo central de todos estos años de diseño de estos microrobots.
“Siempre puede haber fracasos, sí, pero esos fracasos en realidad, son que ya tuvo un error llamando fracaso, porque no son fracasos, son pasos en el camino hacia un objetivo final y de hecho, si uno no fracasa en ningún momento haciendo algo, por una buena señal de lo que está haciendo no es tan innovador”, planteó Medina Tanco.
Y ante todo esto, dejó en claro que este es un pequeño paso que comienza con Colmena, mismo que no es su meta, sino su aspiración es complementar todo el proyecto rumbo a 2030.“
La diferencia lo que hace la diferencia entre los que tienen éxito y los que no es que pues los que tienen éxito cuando tienen fallas y errores o fracasos, pues nunca dejan de seguir trabajando los rumbos hacia objetivos y eso es lo que está en el DNA del Laboratorio de Instrumentación Espacial, porque nuestro objetivo es claro, nuestro objetivo no es Colmena, nuestro objetivo en 2030 es brindarle una tecnología única a México”, acentuó.
Mientras se espera el paso inicial con Colmena el próximo lunes con el lanzamiento de estos 5 microrobots, se tienen pensadas dos misiones más, donde la segunda se considere para la segunda mitad de 2027 con estrategias y objetivos diferentes a la de esta misión, y hasta muy probablemente, con nuevos diseños de microrobots, finalmente en 2030 la última de esta expedición con estos pequeños instrumentos.
Monumentos de México en la Luna
En tanto, estos microrobots que partirán a la Luna, ya no regresarán a la Tierra, sino que se quedarán en esa superficie.“
No regresan, se van a quedar allá, van a ser un monumento histórico de esa llegada de México a la luna y de hecho de la llegada por primera vez de algo que viene de Latinoamérica hacia la luna, de hecho, por primera vez de Iberoamérica Latina porque ningún otro país ha hecho algo así en Iberoamérica, ni España, para ir a la luna, entonces muy probablemente va a quedar como un monumento histórico”, proyectó el académico de la UNAM.
En sustento a lo anterior de consulta a juristas internacionales que se dedican al Derecho Espacial, sobre cómo considerar esa misión en un futuro, sin catalogar esos microrobots como basura que se queda en la Luna o como un hito histórico, por lo cual aplicaría el segundo y quedar protegido como un monumento histórico.
Por último, previo a la incursión de Colmena a la Luna Gustavo Medina Tanco pidió “nada más récenle a la Guadalupana” para posterior esbozar y emitir una risa.