Topógrafo corneal portátil incubado en la UNAM
PACHUCA, Hgo., a 25 de mayo de 2020.- Según un estudio respaldado por la Organización de las Naciones Unidas, la recuperación de la crisis del Covid 19 no puede significar “seguir haciendo las cosas como siempre” en el sector transporte.
“La inclusión de vehículos eléctricos disminuiría los gases de efecto invernadero, además de reducir la contaminación atmosférica y acústica”, señala el documento que afirma que transformar el sector del transporte para que sea más respetuoso con el medio ambiente después de la pandemia de Covid 19 podría crear nuevos empleos en todo el mundo y ayudar a los países a avanzar hacia economías más verdes y saludables.
El informe realizado en conjunto con la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas examina las implicaciones para el empleo de cuatro escenarios de «transporte verde» en casi 60 países, en América del Norte, Europa, el Cáucaso y Asia Central.
Los escenarios estudiados prevén una expansión acelerada del transporte público y la electrificación del transporte privado de pasajeros y carga.
Los autores encontraron que, si la mitad de todos los vehículos fabricados en el futuro fueran eléctricos, se podrían crear alrededor de 10 millones de empleos más; casi un tercio de ellos en las regiones mencionadas. Además, se podrían crear casi cinco millones de empleos más si los países de duplicaran su inversión en transporte público.
Estas medidas también podrían provocar la creación de empleo fuera del sector del transporte. Por ejemplo, la reducción del gasto en petróleo podría conducir a un aumento en el gasto en bienes y servicios, mientras que la electrificación podría impulsar la creación de empleo en el sector de las energías renovables.
Otros beneficios potenciales incluyen la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la contaminación atmosférica y acústica, y la congestión del tráfico.
El sector del transporte es fundamental para promover la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, ya que repercute de forma adversa en el medio ambiente y la salud humana, pues es uno de los principales generadores de los gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático, y también provoca contaminación atmosférica, lluvia ácida, eutrofización, daños a cultivos y bosques, extinción de recursos naturales y fragmentación del hábitat, y contribuye a la generación de residuos.