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MÉXICO, DF., 10 de enero de 2015.- La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) investiga un posible crimen pasional en el caso de Carmen Yarira Esparza Noriega, la edecán que fue reportada como desaparecida el 18 de febrero del año pasado y fue hallada muerta el 23 de diciembre en la cisterna del edificio donde vivía.
Agentes investigadores de la dependencia a cargo de Rodolfo Ríos Garza, descubrieron que la renta del departamento donde vivía la joven de 27 años, ubicado en residencial Grand Chapultepec, en Río Atoyac 89, colonia Cuauhtémoc, era pagada por un empresario con quien sostuvo una relación sentimental.
El empresario, cuyo nombre no fue dado a conocer, es uno de los sospechosos de la muerte de Yarira, quien según el primer informe falleció por asfixia por estrangulamiento. La PGJDF espera la ampliación del protocolo para determinar la causa real de la muerte.
Además la autoridad investiga a un abogado con quien Yanira, según declaraciones de conocidos de la víctima, también mantenía una relación. Este sujeto le habría ofrecido a la joven, mudarse a otro sitio para que rompiera todo contacto con el empresario
La Procuraduría capitalina sabe que la joven mantenía contacto con otro hombre, al que frecuentaba en el gimnasio al que asistía.
Según testimonios, la última vez que se vio viva a Yarira fue el 18 de febrero, cuando salía del departamento que habitaba rumbo al gimnasio. Tenía 27 años cuando fue asesinada, trabajaba como hostess y estudiaba actuación en Casa Azul, de la empresa Argos.
Además era sicóloga de profesión, egresada de la Universidad Anáhuac de Cancún.
Su cuerpo fue encontrado el 23 de diciembre pasado dentro de la cisterna del edificio que habitaba en avanzado estado de putrefacción. Los elementos que llevaron a su plena identificación fueron los implantes que tenía en busto y cadera y una cirugía en la nariz.
Con información de Proceso