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PACHUCA, Hgo., 13 de febrero de 2021.- Según el informe de la Organización Internacional del trabajo (OIT), la abrupta interrupción del aprendizaje y del trabajo, exacerbada por la crisis de salud, ha deteriorado el bienestar mental de los jóvenes.
El estudio revela que el 17 por ciento de los jóvenes probablemente sufran ansiedad y depresión, siendo menor el bienestar mental entre las mujeres jóvenes y los jóvenes de menor edad, de entre 18 y 24 años.
Los jóvenes cuya educación o trabajo se había interrumpido o había cesado totalmente tenían casi dos veces más probabilidades de sufrir probablemente ansiedad o depresión que los que continuaron trabajando o aquellos cuya educación siguió su curso.
Esto pone en evidencia los vínculos existentes entre el bienestar mental, el éxito educativo y la integración en el mercado de trabajo.
Al tiempo que reconocieron la importancia de las medidas de confinamiento para salvaguardar las vidas humanas, los jóvenes indicaron asimismo que esto había tenido un impacto indirecto en su libertad de movimiento.
Además, uno de cada tres (33 por ciento) observó que se había menoscabado considerablemente su derecho a participar en los asuntos públicos, mientras que más de una cuarta parte (27 por ciento) experimentó dificultades para ejercer su derecho a la libertad de religión o de culto.
Aproximadamente una cuarta parte de los jóvenes (el 24 por ciento) consideró que las imprecisiones en torno a la pandemia habían menoscabado su derecho a acceder a la información. Las necesidades básicas también eran un problema: para una quinta parte de los jóvenes (el 21 por ciento), especialmente los que no trabajaban, su derecho a la vivienda se estaba cuestionando, ya que tenían dificultades para poder subsistir.
A pesar de esto, los jóvenes seguían decididos a aunar esfuerzos y a colaborar de una manera segura y efectiva con los gobiernos, los interlocutores sociales, la sociedad civil y las instituciones, a fin de “reconstruir mejor”.
Más de uno de cada cuatro jóvenes indicaron que participaban activamente en actividades de voluntariado (31 por ciento) y en la realización de donaciones para hacer frente a la pandemia de Covid-19 (27 por ciento). Los jóvenes piden a los gobiernos que continúen aplicando medidas de confinamiento, como trabajar a domicilio, cuando fuera posible. Quieren que las restricciones se relajen gradualmente, ya que para ellos la salud y la seguridad de todos los trabajadores y ciudadanos es primordial.
Con el fin de apoyar y amplificar las opiniones y acciones de los jóvenes, este estudio insta a realizar inversiones urgentes, específicas y más inteligentes en los empleos decentes para los jóvenes, en particular en la protección de los derechos humanos de los jóvenes; programas de garantía de empleo y de formación; la protección social y prestaciones del seguro de desempleo para los jóvenes; mayores esfuerzos para impulsar la calidad y la facilitación de aprendizaje en línea y a distancia, y la mayor complementariedad con los servicios de salud mental, el apoyo psicosocial y las actividades deportivas.