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Ratifican en San Lázaro reformas a Ley de Amparo
MÉRIDA, Yuc., 18 de febrero de 2025.- Los seis años de gobierno obradorista dejan una herencia perniciosa en extremo: se puede gobernar mal y a la vez tener aceptación popular. La aprobación popular es uno de los sustentos de los proyectos autocráticos hoy día. En la versión de esta época el respaldo ocurre por el resultado electoral y, también, por un gobernante que actúa, decide y resuelve en consecuencia a las emociones que dominan a la sociedad, en una circunstancia que se caracteriza por el descontento. No hay miedo al cambio, justamente lo contrario, miedo a que el orden de cosas continúe.
Es cierto que la democracia no cobró carta de naturalización en el país. No sucedió en la sociedad, ni con las élites que en su momento fueron promotoras del cambio político democratizador. Uno de los mayores logros en amplia perspectiva histórica fue el arribo de la democracia electoral, esto es, comicios justos, equitativos y competidos. A pesar de su trascendencia pronto perdió aprecio social. Cierto es que en el descrédito de los logros políticos mucho tuvo que ver la persistencia de la desigualdad y la pobreza, también la incapacidad para contener la venalidad y la impunidad, aunque no eran problemas propiciados por la democracia; sin embargo, la magnitud del descontento y la prédica populista impidió diferenciar. Los mejores logros en materia de desarrollo político fueron arrollados por el curso devastador del obradorismo.
El proyecto político prevalece por el respaldo popular al régimen. Permite ganar elecciones y no sólo eso, imponer una visión autocrática con expresiones jurídicas y políticas sustantivas. La oposición institucional con insuficiencias evidentes como es su fragmentación, y liderazgos muy pequeños a la magnitud del reto, ha sido arrollada. Igual ha ocurrido con las instituciones de contención al abuso del poder gubernamental como es el Poder Judicial y los organismos autónomos. Este proceso de destrucción democrática se ha acompañado de la indiferencia de muchos interesados y del aval de la oligarquía, la que ha visto una oportunidad en la destrucción de la legalidad del régimen pasado.
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