Explotación de «jales» llama atención de empresarios de Coahuila  

PACHUCA, Hgo., 10 de septiembre de 2014.- Los jales, que durante mucho tiempo se consideraron tóxicos y como un desperdicio con un sin número de proyectos fallidos para tratarlos, ahora podrían tener un uso verdaderamente social y ser aprovechados en su totalidad con un proyecto rentable.

Hay una patente en proceso para poder convertir estos residuos de la actividad minera en material para la construcción, con propiedades que incluso rebasan la de los tradicionales, además de ser hasta 30 por ciento más económicos que los referidos.

“Podemos reaprovechar los residuos mineros conocidos como jales. La investigación que llevamos a cabo desde el año 2000 y de la cual tenemos una solicitud en trámite dentro del Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI) demuestra que combinando este material con arcillas de la región, somos capaces de obtener ladrillos y tejas con propiedades en la mayor parte de los casos superiores a los materiales tradicionales. Debido a sus partículas poseen una alta impermeabilidad y resistencia incluso en aquellos que son realizados a mano”, destacó Juan Hernández Ávila, investigador de la UAEH y jefe del proyecto referido.

La solicitud ‘Proceso y producto para la construcción a partir de residuos minero-metalúrgicos’ fue acogida con recelo por parte de la comunidad científica aunque posteriormente y como resultado de las diversas experimentaciones, finalmente ha conseguido aceptación.

Empresarios de Coahuila además de inversionistas e investigadores de Perú se han acercado a la UAEH para observar los avances de la misma.

Los principales elementos que tenían en su contra eran los residuos contenidos en el jal, como el arsénico y el poco contenido que tienen en plomo necesita de temperaturas superiores a los mil 800 grados para descomponerse.

El jal además, posee muy poca degradación y la erosión que presenta es muy poca, sobre todo si se le compara con otros materiales, pues ha sobrevivido casi sin modificaciones luego de 500 años de explotación minera.

“Los jales necesitan ser tratados porque observan partículas muy finas que en temporadas de vendavales ocasionan enfermedades respiratorias puesto que al ser inhalados se estacionan directamente en los pulmones. Recluirlos en un lugar diferente tampoco va a acabar con el problema. La solución que planteamos, de aprovecharlos, permitiría la construcción de vivienda a muy bajo costo y sin toxicidad alguna”, señaló el científico.

Respecto al proyecto Fénix destacó que el gasto para cambiarlos de localización (y así aprovechar las 20 mil hectáreas que ocupan) es significativo además de que no resolvería el problema al destinarlos a un municipio distinto.

Aunado a ello, la población de Epazoyucan se ha opuesto a ello. Los jales pueden volverse a tratar por el alto contenido en minerales que aún poseen y que sigue haciendo rentable su reaprovechamiento para que, posteriormente, el residuo se conjunte con diversas arcillas.

“Dentro de las arcillas pertenecientes a diversas regiones de la entidad y que nosotros simplemente identificamos por números, las hay con un alto índice de cristalización por lo que podría realizarse azulejo y cerámica diversa a una temperatura similar con la que se hace el demás material. También se puede hacer ladrillo con una resistencia superior para edificaciones así como el uso de tejas por su alta impermeabilidad”, concluyó.