Alumnos de El Mexe bloquean acceso a central de autobuses de Pachuca
PACHUCA, Hgo., 17 de septiembre de 2014.- Temprano llegaron a la cita participantes y curiosos al Reto Tuzobús Challenge. La meta, demostrar las dificultades que supone subir los puentes peatonales por las rampas cuando se es una mujer en tacones, un adulto mayor, cuando se llevan muletas, se es discapacitado o como una de las asistentes, se tiene artritis.
El intenso calor parecía hacer mella en los asistentes aún antes de iniciar el desafío. Tres personas llegaron en sillas de ruedas y sólo uno de ellos no tenía experiencia previa en el manejo de estas, pero su entusiasmo hizo que esto no fuera notorio. Era un comunicador, el director de un medio que quiso ser parte de un mundo que es ajeno e invisible para nosotros, pero el único para una población vulnerable.
También participaron adultos mayores, entre ellos, una señora con artritis que requería de una andadera para caminar. Fue ella la que más tiempo tardó en ir desde un lado del puente hasta la terminal donde se alimentaría el transporte. Ella contabilizó 11 minutos; los más, lo pudieron hacer en 6. Para esta población, el tiempo que tardan en subir los puentes por las rampas para poder llegar a sus destinos es muy similar al que tardará el transporte en hacer el recorrido.
Los integrantes de Todos Somos Peatón comentan entre sí y están atentos a lo que suceda. Cuidan a sus invitados sin descuidar a los comunicadores que también se dieron cita. Dan agua a los participantes más cansados y por un momento se dirigen hacia alguien que se quedó atrás dados sus achaques respiratorios, pero fue una falsa alarma, simplemente quería un descanso del sol que pesaba como plomo.
Los participantes tienen una sonrisa que todo oculta, una que ponían incluso cuando se notaba el cansancio en el último tramo de la vuelta.
Y no es para menos. En cuanto a la longitud de la rampa la norma dicta –al menos para los accesos a los edificios públicos- que los grados de inclinación deberán estar entre 6 y 8. Si la altura del puente es de 10 metros, la longitud de la rampa es de al menos 95.67 metros para 6° y de 191.07 si esta fuere de 3°. Si la altura del puente es de 6 metros, la rampa debe tener una longitud de por lo menos 57.4 m y de 114.64m con 3° de inclinación, solamente para subirla.
Con los datos anteriores sabemos que el hecho de abordar un Tuzobús para un discapacitado supone un recorrido entre los 250 y los 400 metros con rampas de 3 grados de inclinación, solamente para cruzar el puente.
Su mundo, aunque se parezca al nuestro, es diferente. Más difícil. Si en lugar de puentes peatonales con rampas que parecen de competición se optara por dar pasos peatonales mediante una correcta semaforización, cruzar para abordar el Tuzobús no supondría más de 25 metros. Porque aunque en el discurso se diga que se hicieron para ellos, lo cierto es que no se les consulta ni se les hace caso. Disminuir en 10 veces el esfuerzo de esta población vulnerable no es ceder al chantaje, reconocer un error ni hacer una mala política. Simplemente se trata de adaptarse a las necesidades de aquellos que se representa.