Investigador analiza plantas endémicas para tratar depresión

PACHUCA, Hgo., 26 de octubre de 2015.- Un tipo de planta que sólo se localiza en los estados de Hidalgo, Guanajuato y Querétaro es estudiada por un investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para tratar la depresión.

En un comunicado de la máxima casa de estudios del país señaló que  Mariano Martínez Vázquez, especialista del Instituto de Química (IQ), analiza la casimiroa, como el zapote blanco (C. edulis), cuya decocción de hojas y semillas tiene propiedades antihipertensivas, sedantes, hipnóticas e, incluso, contra el insomnio.

Martínez Vázquez propone el uso de plantas endémicas mexicanas para tratar la depresión, pues el uso de los antidepresivos convencionales provoca daños en la salud como disfunción sexual y pérdida del sueño.

En cambio estas pueden ser una  alternativa natural es benéfica porque no tiene consecuencias tóxicas, de acuerdo con el análisis que llevó a cabo.

“Además, sus extractos acuosos y de metanol mostraron efectos ansiolíticos, calmantes y anticonvulsivos. Este tipo de flora se encuentra en Guanajuato, Hidalgo y Querétaro”, mencionó.

El especialista recordó que la depresión es un padecimiento común que afecta a más de 350 millones de personas en el mundo, además, estudios recientes señalan que tiene una prevalencia de vida de entre 10 y 15 por ciento.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2020 la depresión unipolar será la segunda causa de inducción a padecimientos patológicos y la principal de incapacidad laboral.

Los síntomas más comunes de la depresión son la tristeza, autoestima baja, culpa, alteraciones del sueño y del apetito, disminución de energía y de la libido, poca concentración y, en casos extremos, pensamientos de suicidio.

El especialista de la UNAM indicó que ante este diagnóstico, los médicos recomiendan medicamentos pero estos tienen efectos negativo en las semanas posteriores a su consumo.

En el comunicado el especialista afirmó que la poca toxicidad de estas plantas, así como la facilidad de obtener sus derivados, hacen de estos compuestos moléculas prototipo para el desarrollo de fármacos que combatan la depresión.