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PACHUCA, Hgo., 13 de marzo de 2020.- Se sabe que el promedio de sueño del mexicano adulto es de 8.4 horas de lunes a viernes; sin embargo, no todos gozan de esta oportunidad, ya que de acuerdo con datos de la Consulta Mitofsky, el 65 por ciento duerme entre cinco y siete horas aproximadamente, lo que cuestiona la calidad del sueño de la población.
En el marco del Día Mundial del Sueño, Marisol Jannet Figueroa Medina, neuróloga, habló de la importancia de dormir suficiente.
“¿Por qué es importante dormir bien? Más allá de eliminar las molestas bolsas bajo los ojos, tener un sueño adecuado repercute en el estado de ánimo, beneficia al corazón, la mente e incluso al peso. Sin embargo, en México 45 por ciento de la población tiene mala calidad del sueño, con base en los datos de la Clínica e Trastornos del Sueño de la UNAM. Este déficit al dormir genera reacciones en cadena”, explica.
Actualmente hay varios factores que inducen a una mala calidad del sueño, por ejemplo, horarios irregulares para ir a la cama, ver televisión acostados, el uso de celulares o tablets antes de dormir o tenerlos cerca, disminuyen el tiempo de descanso. En general es nuestro estilo de vida lo que nos lleva a ese punto, señala.
Detalló los daños causados por la falta de sueño, al decir que en la primera noche sin este comienza la estimulación del sistema mesolímbico, por lo que la dopamina empieza a fluir y se experimenta la sensación de tener más energía, motivación, optimismo y hasta se eleva el deseo sexual.
“No suena mal, sin embargo, estas sensaciones positivas son engañosas, ya que a partir de este punto todo va en declive. Para la mañana el cerebro poco a poco ya desactivó las regiones que se encargan de la planificación y evaluación de decisiones. Comienzan los compartimientos impulsivos, las reacciones se hacen aletargadas y las funciones perceptivas y cognitivas empeoran”, dijo.
En la segunda noche sin sueño, la glucosa deja de ser metabolizada de forma correcta y el sistema inmune empieza a fallar, y para la tercera, se pueden presentar alucinaciones.
Después del tercer día puede ocurrir un colapso por todo el cansancio acumulado y las otras reacciones en cadena.
Otras de las afectaciones de no dormir bien son la obesidad y hasta enfermedades cardiovasculares, que incluso pueden derivar en un infarto cerebral.
Cuando se duerme poco las defensas bajan y nos volvemos más débiles, por lo que somos más propensos a enfermedades virales o bacterianas, añadió la especialista.
El Día Mundial del Sueño se celebra el viernes anterior al equinoccio de la primavera.