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PACHUCA, Hgo., 31 de octubre de 2019.- Para prevenir las enfermedades respiratorias infecciosas que se incrementan con los cambios bruscos de temperatura y la presencia de lluvias en esta época del año, es indispensable fortalecer las medidas de higiene, evitar contacto con personas enfermas, consumir abundantes líquidos, frutas y verduras, no exponerse a la intemperie y atender las campañas de vacunación.
De igual forma, si se presenta un padecimiento de este tipo, se recomienda identificar de manera oportuna los síntomas para determinar si es una infección que requiere tratamiento antimicrobiano.
Marcela Gaytán Morales, coordinadora de Programas Médicos de la División de Hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), dijo que en este periodo predominan las enfermedades de origen viral y bacteriano, por lo que ante la presencia de malestar se debe acudir a la Unidad Médica Familiar para obtener el tratamiento adecuado.
“Por ejemplo, si no hay fiebre, dolor y solamente se presenta un resfrío con moco transparente, es recomendable quedarse en casa, cuidarse, y tomar medicamentos que disminuyan las molestias, tratar de tener un ambiente húmedo con vaporizador y esperar en reposo la evolución favorable del malestar”.
En cambio, dijo, si se presenta fiebre por arriba de los 38 grados, hay dolor en el pecho, la respiración se dificulta y hay sibilancias (chiflido al respirar), se debe acudir al médico para tener un diagnóstico oportuno e iniciar el tratamiento adecuado, pues de ninguna manera se debe recurrir a la automedicación, ya que podría complicar la enfermedad.
Detalló que en esta época, los cilios (pequeñas vellocidades) y las mucosas nasales respiratorias que conforman el sistema de defensa natural que tenemos en la nariz, disminuyen la movilidad, lo que favorece el paso de microorganismos que pueden penetrar más profundamente en el organismo.
Otros factores externos, como la contaminación o la falta de ventilación en oficinas y casas, facilita el contagio si se convive con personas infectadas.
“Las afecciones más comunes son: influenza, rinofaringitis (que afecta nariz, y faringe); faringitis, bronquitis, bronqueolitis, neumonía, y los pacientes que padezcan enfermedades pulmonares crónicas como bronquitis crónica, enfisema pulmonar y asma, podrían agudizar sus episodios de la enfermedad”, explicó.
Personas en los extremos de la vida, es decir, niños y niñas, adultos mayores, mujeres embarazadas o quienes padecen alguna enfermedad crónica como diabetes, son más propensos a contagios.