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PACHUCA, Hgo., 2 de junio de 2020.- La Organización Mundial de la Salud publicó una encuesta que indica que los servicios de prevención y tratamiento de las enfermedades no contagiosas se han interrumpido desde el inicio de la pandemia de Covid 19.
Estos males causan la muerte anual de más de 40 millones de personas, además de que quienes las padecen corren un mayor riesgo de fenecer si los ataca el Covid 19.
El sondeo se llevó a cabo en 155 países durante tres semanas en mayo, revelando que si bien el impacto es global, los países de renta baja son los más afectados.
El director general de la Organización explicó que muchas personas que necesitan tratamiento para enfermedades como cáncer, padecimientos cardiovasculares y diabetes no han recibido los cuidados y medicinas que precisan desde que empezó la pandemia.
“Es vital que los países encuentren maneras innovadoras de garantizar que los servicios esenciales para las enfermedades crónicas continúen aunque al mismo tiempo estén combatiendo el Covid 19”, dijo el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus.
El principal hallazgo de la encuesta fue que el 53% de los países han interrumpido parcial o totalmente los programas de tratamiento de la hipertensión, la diabetes y las complicaciones relacionadas con esta enfermedad.
Del mismo modo, el tratamiento para el cáncer se ha visto afectado en 42 por ciento de los países y, en el caso de las emergencias cardiovasculares, la afectación abarca al 31 por ciento de los países.
Además, los servicios de rehabilitación se han perturbado en el 63 por ciento de las naciones pese a que la rehabilitación es crucial para la recuperación integral de los enfermos graves de Covid 19.
Alrededor del 94 por ciento de los países, las autoridades sanitarias encargadas de las enfermedades no contagiosas fueron reasignadas parcial o completamente a apoyar la atención al Covid 19.
También se pospusieron los programas públicos de monitoreo, como los exámenes de detección de cáncer de mama o útero-cervical, en la mitad de los países. Esta medida se ajusta a la recomendación inicial de la Organización Mundial de la Salud de reducir los cuidados no urgentes que se otorgan en instalaciones médicas mientras se luchara contra la pandemia.
Sin embargo, las razones más socorridas para que se descontinuaran o disminuyeran los servicios fue la cancelación de los tratamientos programados, la reducción de los servicios de transporte público y la falta de personal debida a las reasignaciones para apoyar los servicios al Covid 19.
La doctora Bente Mikkelsen, directora del Departamento de Enfermedades no Transmisibles, advirtió que pasará bastante tiempo antes de que se sepa con precisión el impacto de las interrupciones de cuidados a los personas con esos males durante la pandemia.
“Sin embargo, sabemos que esas personas son más vulnerables al virus y que muchas de ellas no tienen acceso al tratamiento que necesitan. Es muy importante no sólo incluir esas enfermedades en los planes de respuesta, sino encontrar maneras nuevas para implementarlos. Debemos estar listos para reconstruir los servicios sanitarios de forma que sean más fuertes y estén mejor equipados para prevenir, diagnosticar y atender las enfermedades crónicas bajo cualquier circunstancia”, recalcó.
Las enfermedades crónicas matan a 41 millones de personas al año, es decir, causan el 71 por ciento de las muertes a nivel mundial. De esos decesos, 15 millones son de pacientes entre 30 y 69 años. Más del 85 por ciento de estos fallecimientos ocurre e n países de renta baja y media.