Alertan transportación de lodos contaminados de canal Tula en zona urbana
PACHUCA, Hgo., a 22 de mayo 2020.- Provocar sudores nocturnos, tomar grandes cantidades de aspirinas además de bicarbonato y medicamentos para la malaria; aplicar fricciones estimulantes e ingerir sustancias purgantes, eran algunas de las recomendaciones médicas para las personas contagiadas con el virus de la gripe española que azotó a México hace más de un siglo.
Desde entonces, surgió la encomienda del aislamiento social que equivale al actual llamado de Quédate en Casa, pues se exhortaba a la gente a no acudir a lugares de reunión como cines, teatros o templos, además de no visitar enfermos, todo para enfrentar los contagios de la llamada gripe española que diezmó a la población mundial y que según algunas fuentes cobró la vida de más de 100 mil mexicanos.
Por lo que se pedía abstenerse de saludar estrechando la mano, lo mismo que el beso y el abrazo.
Esto puede constatarse en un aviso al público editado el 19 de octubre de 1918 donde se aconsejaba guarecerse y no acudir a lugares concurridos así como “lavarse las manos cuidadosamente con jabón, secarlas y frotarlas durante algunos minutos con un lienzo de algodón empapado en alcohol de 90º”.
Los tratamientos consistían entonces básicamente en administrar grandes cantidades de aspirinas.
Asimismo la autoridad sanitaria mexicana recomendaba purgar al enfermo y durante la noche se provocará el sudor por medio de bebidas calientes ligeramente alcoholizadas y fricciones estimulantes hechas por ejemplo con linimento amoniacal.
Al mismo tiempo se pedía tener al paciente “completamente aislado” y que el personal que lo atendía se desinfectara y cambiara de ropa.
Los síntomas de la gripe consistían en “catarro intenso, tos y calentura”, según un antiguo desplegado de prensa publicado por la Junta de Salubridad de Puebla de Zaragoza y que se replicaba en otros estados del país.
Otros consejos contra contagios se referían a “no exponerse a enfriamientos, no desvelarse, dormir el tiempo necesario para la reparación de las fuerzas, tomar alimentos sanos y sencillos, evitando todo exceso alcohólico”.
Se recomendaba a las personas que estaban obligadas a tener contacto con enfermos de gripa, esterilizarse no solo las manos sino también la nariz con una pomada compuesta básicamente por vaselina y ácido bórico y hacer gárgaras con una mezcla a base de agua oxigenada y otras sustancias de botica, de las que se detallaban dosis .
El texto dice que “algunas autoridades sanitarias europeas y el Consejo Superior de Salubridad” recomendaban como medida preventiva “el uso del zumo de limón tomado con agua o con infusiones aromáticas”, remedios que hoy son desestimadas por la Secretaría de Salud ante la pandemia del Covid 19.
La creencia popular a principios del siglo pasado era que las pandemias surgían por la influencia de los astros del sistema solar y de ahí nació la denominación de influenza, según algunos testimonios de prensa.
También se suponía que la tala de árboles propiciaba las epidemias porque “atraía vientos fuertes”.
Después de un siglo aun no hay cura contundente contra los virus en medio del vertiginoso adelanto tecnológico.