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PACHUCA, Hgo., 15 de mayo de 2020.- Según el informe Perspectivas de la Economía Mundial del Fondo Monetario Internacional (FMI), se ubicó a la baja la expectativa de crecimiento económico del país, dejándola en un 6.6 por ciento hasta el cierre del año.
Sumado a esto, los datos más recientes del IMSS reportan que, debido a la contingencia de salud, se registró una pérdida de 685 mil 840 empleos desde marzo a la fecha, cifra que rebasa 50 por ciento de los 342 mil que se generaron el año pasado.
Aunado a ello, la Secretaría de Economía y la Concanaco – Servytur coinciden en que se presentó el cierre de más del 80 por ciento de las 394 mil pequeñas y medianas empresas registradas, lo cual generó afectaciones como descanso o recorte del personal, disminución de horario laboral, cese de pagos de nómina o disminución de salarios, entre otros.
“Si bien nos encontramos ante un panorama económico adverso, no quiere decir que nos debemos de cruzar de brazos y no hacer nada, al contario. Es momento de contribuir con la reactivación económica del país, con la recuperación de empleos y de negocios, como aquellos pequeños que también contribuyen a la economía familiar y al crecimiento del país a través de herramientas financieras que se acoplen a los perfiles de quienes lo necesitan”, comenta Dante Teytud, experto en finanzas personales.
Aunque la reactivación de actividades del país es un tema de mucha expectativa, es momento de establecer un plan de diagnóstico y acción para aquellos mexicanos que tenían ingresos a través de un negocio familiar, por lo cual puede iniciarse por identificar las pérdidas tanto en recursos materiales como humanos.
Este tiempo, además, es una oportunidad de reinventar y adaptar los negocios, evaluar escenarios, cuestiones como operaciones, recursos económicos, humanos, proyectos, etcétera, para tener un punto de donde partir e información para las nuevas circunstancias.
El experto recomienda también repensar la aplicación de recursos, estructura de gastos, valores operativos, flujo de fondos, liquidez y también de forma importante cuidar la caja para tener como meta llegar a un equilibrio y puede conseguirse a través de la reducción en los costos de operación y de renegociar con los proveedores, “no en todos los casos es aplicable, pero vale la pena intentarlo”, explica.
Igualmente, el plan de negocio tendrá que estar modificado y adaptado a la economía post-pandemia y este puede ser activado recurriendo a herramientas financieras como un crédito.
“La economía post-pandemia lleva a repensar los esquemas bajo los que estábamos operando, por lo que también se deben contemplar parámetros nuevos como: gastos, seguridad, higiene, ahorro, entre otros, como el capital humano, última parte del rompecabezas que se irá acomodando con base en las nuevas adecuaciones del negocio. Por ejemplo, la responsabilidad de recontratar al personal completo cumpliendo con sus pagos o cómo es que se actuará”, dijo.
Esta pandemia nos desequilibró en varios sentidos; sin embargo, no hay que perder el foco ante una oportunidad de cambio para generar más y mejores micronegocios con estructuras sólidas, finalizó Teytud.