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PACHUCA, Hgo., 28 de diciembre de 2014.- A pesar de ser este 28 de diciembre un día en el que se acostumbra hacer bromas divertidas, lo cierto es que la verdadera historia no tendría nada de gracioso.
El origen de esta tradición presuntamente se remonta hasta la época del nacimiento de Jesucristo. Días después de tan importante acontecimiento, el rey de Judea, Herodes, presa de un sentimiento de amenaza hacia su trono, ordenó matar a todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret y evitar la profecía de los Reyes Magos, que anunciaba que éste sería el Rey de los Judíos.
Se dice presunta porque en ella creemos todos pese a la ausencia de evidencias históricas y a que es extraño que se haya desatado una cacería de esas proporciones un 28 de diciembre en contra del salvador del mundo que nacería nueve días después de la carnicería de Herodes.
¿De dónde surge la costumbre de realizar bromas en esta fecha?
Si bien, el origen de la celebración tiene que ver con el tema religioso, ésta también se apoya en una tradición medieval conocida como “la fiesta de los locos”.
Nacida entre los pueblos paganos de la Europa Medieval, esta costumbre fue adquirida pronto por los cristianos del Siglo IX; por lo que la Iglesia la condenó y llevó a cabo una intensa labor para suspenderla.
En sus orígenes, aquellos pueblos realizaban una serie de festejos en los últimos días del año gregoriano.
Ellos vestían pieles y cabezas de ciervo, como una forma de solicitar a la naturaleza abundancia de animales para la caza en el siguiente año.
La celebración evolucionó y con el tiempo, se extendió en casi toda Europa. Había grandes fiestas en las calles, mascaradas (Fiestas de máscaras) y bebidas embriagantes.
Además, se acostumbraba realizar bromas, costumbre que cobró la vida de muchas personas, debido a los excesos en los que caían aquellos bromistas, movidos por el alcohol.
Al ser adquirida por los cristianos, esta celebración entró a los templos y se fusionó con las festividades religiosas, pues estas fiestas maratónicas corrían del 25 de diciembre hasta la entrada del año nuevo.
La Iglesia comenzó a discutir sobre la “degeneración y los vicios” que provocaba la “fiesta de los locos”,como la catalogó debido a lo grotesco de la celebración.
Al final, esta costumbre quedó reglamentada casi al término del siglo XIV y se redujo el periodo de celebración a un solo día, el 28 de diciembre (tomando como referencia el Día de los Santos Inocentes).
Se ordenó que las bromas pudieran realizarse, siempre y cuando su intensidad se redujera, a fin de evitar muertes y tragedias.
Este domingo es un día que obliga a la cautela y debe olvidarse de la solidaridad con los vecinos porque no sólo se corre el riesgo del escarnio, sino de la pérdida verdadera de algún modesto bien: “Inocente palomita te dejaste engañar hoy por ser día 28 en nadie debes confiar”.
La inevitable Wikipedia advierte la costumbre iberoamericana de “realizar en esta fecha bromas de toda índole. Los medios de comunicación hacen bromas o tergiversan su contenido de tal modo que la información parezca real”.
Fuentes de información: