En Navidad no todo es felicidad…
PACHUCA, Hgo., 29 de junio 2021.- Entre el bullicio urbano de la pachuqueña calle de Guerrero, sobre salen los percusiones rítmicas surgidas de un simple garrafón vacío de agua convertido en instrumento musical.
La ejecución melódica está a cargo de Mario Caullieres Ferrusco, jubilado de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y experimentado músico, ahora instalado por necesidad en artista callejero.
No es improvisado, estudio en La Academia de Música Sacra de la Colonia Roma y en la Escuela de jazz de la Escuela Superior en la Ciudad de México, además de que domina guitarra, bajo y batería.
Hoy, a sus 67 años de edad, tras 50 años de trabajo, 18 de ellos en la universidad Hidalguense, debió pensionarse.
Pero el dinero que recibe apenas le alcanza «para la renta y la papa».
Así que para allegarse unos centavos más hace música de percusión en la calle de Guerrero ayudado por un simple garrafón y a veces con una bote hueco de helado.
Formó parte de la Banda de Música de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo bajo la dirección de Agustín Domínguez y Maximiliano Calva y emprendió diversos proyectos musicales cuando en los encargados del área de Promoción Cultural de la casa de estudios eran Corina Martínez, hoy diputada de Morena y el maestro Antonio Mota.
Ahí formó un grupo llamado Night Blues que fue otra faceta musical de la Universidad.
Hace un tiempo su hijo decidió unirse con su pareja y su mamá emigró a la Ciudad de México. Por eso ahora, dice Mario Caullieres, anda de «chino libre» disfrutando la vida: «si hace sol, qué bien. Si llueve pues qué bueno».
Como se siente con energía ya busca empleo de maestro en algún plantel mientras que gestiona la pensión Bienestar «pues ya estoy en edad».