FGR reclama a EU: Desde agosto no responde a solicitud sobre El Mayo
TULA DE ALLENDE, Hgo., 10 de noviembre de 2015.- Hartos de la inseguridad y de la incapacidad de las autoridades locales para garantizar la seguridad y la paz social en el municipio, activistas encabezaron una marcha ciudadana por la paz y la justicia, en la que participaron al menos 500 personas, exigieron que el Ejército Mexicano y la Marina asuman el control de las calles, hasta que se recupera la tranquilidad en la demarcación.
Igualmente, demandaron la destitución del comisario de Seguridad Pública, Carlos Benítez Olivares y del coordinador de la corporación policíaca, Guadalupe Jiménez, así como que el alcalde Jaime Jacobo Allende González, pida licencia para que se le investigue por todos los actos de corrupción cometidos a lo largo de sus 4 años y fracción que lleva de gestión.
El acto multitudinario, que fue enérgico, pero que la mayor parte del tiempo fue pacífico, recorrió el primer cuadro de la ciudad, luego salió por Zaragoza y la avenida Sur, hasta entroncar con el bulevar Tula – Iturbe, para hacer un bloqueo momentáneo a la altura de los semáforos del puente Metlac, y finalmente conducirse a la secretaría de seguridad pública y la presidencia municipal.
Ya en la sede del Ejecutivo local, que fue resguardada en todo momento por al menos 60 efectivos policíacos, los líderes del movimiento, ingresaron en comisión al palacio municipal, donde los esperaba Allende González y el director de gobernación en la región Tula, Helmer Céspedes, ante quienes enumeraron algunas quejas contra el ambiente negativo que se vive en Tula.
Se quejaron de la corrupción, dispendio de recursos públicos, saqueo que se está haciendo en la localidad, pero sobre todo se centraron en el tema de la inseguridad, exigieron el cese de homicidios, de desapariciones forzadas, de secuestros. Reclamaron el derecho a vivir en paz, dijeron que se está a tiempo de actuar para que la ‘ciudad segura’ no se convierta en Tamaulipas.
Además de las peticiones que se tomaron como bandera de la marcha, solicitaron que una vez que se dé la entrada del Ejército a patrullar las calles, se integre una contraloría ciudadana que esté al tanto de las funciones de los castrenses y que se vayan algunos otros funcionarios de la administración de Allende González, como el director de Reglamentos, Adolfo Álvarez Templos.
El director de gobernación, que fue el que hizo uso de la voz para dar respuesta a los manifestantes, dijo que le dieran una semana para emprender acciones contundentes, que el gobierno del estado ya estaban enterados de la situación, y que sólo es cuestión de tiempo para que se actúe, que la próxima semana recibirá a una comisión de afectados por la inseguridad.
En respuesta al comentario, los quejosos, dijeron que darían el periodo de gracia, pero que si no veían acciones contundentes y se hacía caso omiso a sus demandas, entonces el 20 de noviembre, durante el desfile de la Revolución se verían las caras, con una verdadera manifestación y acciones de desobediencia civil.