Vuelven privada sesión de cabildo en Mixquiahuala
PACHUCA, Hgo., 11 de octubre de 2021.- A seis años de que se pintara el Macromural de Palmitas en esta ciudad, como parte del Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, el modelo de intervención social habría sido inútil, por las condiciones en las que se mantienen las colonias Cubitos y Palmitas y la delincuencia que no dejó de tener presencia.
Imágenes de calles, casas, terrenos baldíos y otros espacios públicos muestran que la intervención mural de 20 mil metros cuadrados, en 209 casas en la colonia Palmitas, y que pretendía beneficiar a cerca de dos mil personas fue un proyecto fallido, pues tras los espectáculos y la pinta, la vida volvió a su ritmo común sin mejoras notables en la cohesión social o la participación ciudadana.
En los alrededores, es notable la mala condición de varias calles, algunas de ellas dañadas por propietarios que realizaron obras de nivelación en sus terrenos afectando la vialidad.
De ello es muestra la calzada Benito Juárez, donde el asfalto está partido al nivel que puede representar peligro de deslave tras las fuertes lluvias.
Vecinos del lugar señalaron que los vehículos pasan poco por allí, pues la calle es peligrosa.
El proyecto que en su momento fue señalado por autoridades como “sin precedentes” por el “beneficio directo” que representaba para la población, quedó sólo en casas pintadas, pues en el lugar la delincuencia sigue siendo un referente diario, con asaltos, presencia de jóvenes agresivos que consumen estupefacientes y resalta, además, el abandono por parte de autoridades municipales que no realizan mantenimiento en la vía pública.
Durante la pandemia, el camino que debía ser construido por la alcaldía para el paso de estudiantes a escuelas de educación básica del rumbo, ahora es un basurero utilizado por malvivientes para la acumulación de desechos y rápida vía de escape cuando la policía realiza rondines.
Además, las aceras, debido a las lluvias, se han llenado de maleza dejando sin paso a los transeúntes, que deben sortear el paso por el arroyo arriesgando su integridad física.
Esta es la otra cara del macromural de Palmitas, que, pese al gasto que representó, de poco sirvió para su objetivo principal, tan anunciado hace seis años, y que parece que pasará otra administración sin atención.