Estudiantes realizaron paro en la Universidad Politécnica de Pachuca
PACHUCA, Hgo., 5 de febrero de 2025.- 2025 se presenta como un año de grandes oportunidades para Hidalgo. Una vez más, salta a la vista la oportunidad de subirnos al tren del desarrollo. Con una inversión superior a 50 mil millones de pesos, el tren AIFA-Pachuca sería una de las obras de infraestructura más importantes del centro del país programadas para el actual sexenio.
La perspectiva de su desarrollo recuerda a la que se vivió con otros proyectos: el parque industrial de Ciudad Sahagún, la refinería Bicentenario, en Tula, o el aeropuerto de Tizayuca. Cada proyecto levantó una gran expectativa pero, en el mejor de los casos, alcanzó a convertirse en una pálida imagen de lo que proyectaba.
El reto para los hidalguenses es involucrarse como protagonistas en la materialización del proyecto AIFA, promover de manera activa que su construcción comience y se finalice, enriquecer el planteamiento que viene dado desde la administración federal: en pocas palabras, subirse al tren del desarrollo como maquinistas, de forma que resulte imposible quedarse al margen de este crecimiento potencial.
Las bondades que ofrece Hidalgo como destino de inversión son conocidas: su cercanía con la capital del país, su gran conectividad con los mayores mercados de México y la diversidad de sus regiones naturales. Sin embargo, a falta de una visión global de la vocación de la entidad, las empresas y los ciudadanos han puesto su patrimonio en aquello que les reporta un beneficio palpable.
La construcción y puesta en marcha del tren de pasajeros AIFA-Pachuca debe traducirse en bienestar para las familias y, en un acto de justicia, debe impulsar al Valle de Tizayuca como la puerta grande de Hidalgo.
Dicho lo anterior, nos encontramos en un momento clave para preguntarnos, sin la banalidad del falso optimismo, ¿estamos preparados para recibir y apalancar este crecimiento? ¿Cómo vamos a garantizar que los beneficios del tren se queden en Hidalgo?
Más allá de la derrama económica derivada de la creación de empleos emergentes durante las obras de edificación, este megaproyecto nos trae la oportunidad de trabajar en cinco puntos clave:
Para mí, el punto más importante es el primero: detonar sectores estratégicos desde el ámbito regional. Esta opción genera valor a largo plazo, y consiste en consolidar ciudades enfocadas en ciertos servicios. Pachuca, por ejemplo, debe volcarse en la oferta a servicios educativos, académicos y de investigación. De esta manera, formaríamos nodos que atraigan capitales, empleen a nuestros jóvenes e impulsen la economía local.
Todas y todos estamos obligados a trabajar para aprovechar las oportunidades del desarrollo, si no somos los hidalguenses, alguien más cosechará los beneficios del tren.
En enero de 2023, la Subsecretaría de Obras Públicas ya estaba a toda máquina cerrando calles y avenidas, para restaurarlas y, de paso, promover la imagen de los encargados de usar el presupuesto. Desde entonces, no ha habido un solo mes en que esta ciudad tenga todas sus calles y avenidas abiertas a la circulación… o que por lo menos, les informen a los automovilistas qué vialidad les van a cerrar en qué momento y por qué otro camino pueden irse.
Hablando de la naturaleza humana, el apoyo y la solidaridad son fundamentales en el camino hacia la cima. Es de personas de bien ayudar, tender la mano a quien lo pide, y es de personas honradas, nunca olvidar la ayuda. El sistema financiero, indiferente a las pasiones que mueven al ser humano, no tiene corazón, sólo documentos, como pagarés. Hay personas de bien, que además son bien administradas y guardan sus pagarés.