Rescata Profepa a jaguar en Pacula en estado de salud crítico
MÉXICO, D.F., 13 de febrero de 2015.- Se estima que en México anidan alrededor de 80 parejas en los estados de Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Zacatecas, Aguascalientes, Querétaro y por lo menos una en Hidalgo.
El Águila Real es el símbolo del escudo nacional a partir de la emblemática fundación de Tenochtitlan, por lo que los días 13 de febrero fue declarado como el Día Nacional de esta especie.
Sin embargo, en México esta ave se encuentra amenazada por las actividades humanas y el crecimiento de ellas dentro de las áreas de distribución de animal que fragmentan su entorno y se contabilizan hoy al menos 70 parejas en el hábitat natural.
Durante la guerra de Independencia el águila estampada en distintos estandartes significó el anhelo de libertad y se plasmó también en el escudo nacional actual. Aunque no existen datos confiables acerca del tamaño de su población en el país, en la actualidad se conoce que existen por lo menos 50 nidos de esta ave en estado silvestre y más de 60 individuos en cautiverio.
Sin embargo, un estimado registra la existencia de sólo setenta parejas de esta especie, de acuerdo al Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza y el Fondo para la Conservación del Águila Real.
En Estados Unidos, existe por lo menos un estimado de 20 mil 722 ejemplares de todas las edades en todo el territorio, donde también tiene un significado cultural para los nativos.
Se distribuía anteriormente en gran parte de la república mexicana, principalmente en las Sierras Madres y Altiplanicie Mexicana, en aproximadamente el 50 por ciento del territorio nacional. Actualmente habita Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa, Durango, Jalisco, Aguascalientes, Zacatecas, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro y Oaxaca.
El último tlatoani azteca, hijo de Ahuízotl fue Cuauhtémoc, cuyo nombre significa “águila que desciende”, además que algunas de las ofrendas del Templo Mayor en Tenochtitlan contienen restos de Águila Real.
Esta especie tiene una tasa reproductiva muy baja y una elevada mortalidad de pollos producida por fraticidio, especialmente cuando escasea el alimento, además se estima que el 75 por ciento de los jóvenes mueren antes de alcanzar la madurez sexual.
El Águila real enfrenta otros problemas como electrocución, envenenamiento directo, cacería ilegal, pérdida de hábitat, incremento de actividades forestales, abandono de zonas de reproducción por perturbación humana, persecución, tráfico ilegal para su venta como mascotas o para cacería y envenenamiento por plaguicidas.
Existe la preocupación de pérdida de variabilidad genética en esta especie, debido a problemas de consanguinidad por su pequeña población, según la Comisión de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), en coordinación con Gaia Editores y FMCN iniciaron y cofinanciaron en 2009 un proyecto educativo y de difusión sobre el águila real que contó, adicionalmente, con recursos del sector empresarial (Casa Cuervo).
En Europa, Asia, norte de África y Norteamérica se reconocieron a cinco subespecies del Águila y vive en climas diversos desde los desérticos, a los subtropicales, semiráridos, estepario, tropical y subtropical.
También en la mitología griega y romana se convirtió en uno de los símbolos de Zeus, además que en la Antigua Roma pasó de ser un símbolo religioso a uno militar y político como emblema del Imperio.
El día nacional de esta ave presa se estableció en el marco del Plan de Acción para la Conservación del Águila Real y para promover acciones de conservación en todo el país.
A nivel mundial, el Águila Real fue extirpada de algunas regiones, en otras está en riesgo y en algunas sus poblaciones están estables y en ascenso. En México, la tendencia en la disminución y desaparición de algunas poblaciones es similar.
En el país, no se ha documento el aumento a la población, ya que no existen planes concertados de protección y conservación y las causas que originan la disminución siguen sin atenderse. (Con información de El Pulso de San Luis)