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TULA DE ALLENDE Hgo., 4 de diciembre de 2017.- De nueva cuenta, autoridades locales encabezadas por el secretario municipal, Octavio Magaña Soto pararon los trabajos de revestimiento del río Tula ante el daño ambiental que sufre el ecosistema del afluente.
Para hacer válido el paro, además de hacerse acompañar por integrantes del comité en defensa del ecosistema del cuerpo de aguas, el segundo al mando del municipio también solicitó la presencia de la fuerza pública, quienes en todo momento se mantuvieron como meros observadores.
A la llegada del encargado de la política interna de Tula, el nuevo residente de obra de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Jesús Quirarte Soto, se encontraba ausente por lo que el secretario municipal se apersonó en el campamento de trabajadores de la construcción a los que la dependencia federal contrató para realizar las labores y les notificó de la suspensión que se iba a efectuar.
Tal notificación causó enfado en los jornaleros quienes en una actitud retadora y agresiva comenzaron a lanzar insultos contra los integrantes del comité en defensa del ecosistema del río, a los que no mostraron ningún respeto… la confrontación entre ambas partes se tornó inminente, pero no pasó a mayores por la presencia de la fuerza pública.
Los trabajadores de las compañías contratadas por la Conagua arremetieron también contra los medios de comunicación que en ese momento documentaban el hecho, incluso también les lanzaron palabras altisonantes y amagaron con quitarles sus herramientas de trabajo.
Los obreros venidos con las compañías ejecutoras del revestimiento y aún mano de obra contratada en el propio municipio dijeron que a la gente de Tula le gusta vivir en la mierda, y que son personas en contra del progreso, además de que son unos “pendejos” por no permitir una inversión millonaria.
Asimismo hicieron mención de que “un árbol vale madre” y cuestionaron por qué se les defienden tanto, y preguntaron si los activistas lo plantaron y si los ejemplares servían más que el dinero que iba a llegar a Tula por medio de los trabajos.
Ante la agresión, algunos integrantes del comité se defendió de la misma forma en que fueron atacados, ante lo cual los ánimos de los agresores optaron por moderar sus comentarios y los ánimos regresaron a una tensa calma.
Minutos después arribó al lugar de los hechos Jesús Quirarte Soto, quien recibió el reclamo del secretario municipal porque la Conagua dice una cosa y hace otra, lo cual genera malos comentarios y descrédito hacia la alcaldía; el segundo al mando del municipio pidió al personal de la dependencia federal una actitud y un accionar responsable para no causar conflictos entre la población.
Se dijo conocedor que hay ciudadanos tulenses que apoyan las labores, otros que están a favor de la obra pero mediante su modificación y otros que de plano no la quieren por suponer graves daños ambientales para el ecosistema del río.
Ante los reclamos del secretario, el nuevo residente de la Conagua, que sustituyó a Juan Manuel Anguiano Rosas, quien se prestaba poco a escuchar a la gente y a la negociación, determinó ordenar a “su gente” la suspensión de los trabajos hasta que se disipen todas las dudas de la ciudadanía y obtener un aval consensuado.
Octavio Magaña pidió entonces formalizar el acuerdo e incluir ciertos aspectos más para que no hubiera cabida a que el revestimiento se siguiera.
De esta manera, Jesús Quirarte se comprometió a asistir a la presidencia municipal para formalizar los acuerdos en punto de las 17 horas.