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PACHUCA, Hgo., a 18 de junio de 2020.- Un estudio de Sistemas Integrales de Gestión Ambiental indica que la termoeléctrica de Tula por sí misma emite 56 por ciento de todas las partículas PM 2.5 inhalables que se respiran en Tula y en la Zona Metropolitana del Valle de México, así como 75 por ciento de los óxidos de azufre, precursores de la lluvia ácida, y 43 por ciento de los óxidos de nitrógeno, precursores del ozono.
De esta manera, y según el Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire, la termoeléctrica hidalguense genera más gases contaminantes que todo el parque vehicular de la Ciudad de México, según explicó Víctor Ramírez Cabrera, doctor en Ciencias por la UNAM con estudios en materia de Derecho e Impacto Ambiental y Cambio Climático.
En entrevista con Quadratín Hidalgo, el especialista destacó la urgencia que hay de que la Central Termoeléctrica convencional de Tula Francisco Pérez Ríos transite al uso de gas como combustible, ya que actualmente utiliza combustóleo en 80 por ciento de su operación.
El uso de este residuo de la refinería de Tula para la operación de la termoeléctrica es altamente contaminante y su combustión supera el límite máximo en contenido de azufre.
Ramírez Cabrera lamentó que Hidalgo pierda millones en inversiones privadas que generarían empleo y beneficios para la salud ante la posibilidad de no poder continuar buscando una transición en el uso de combustibles fósiles para el funcionamiento de industrias como la Termoeléctrica de Tula.
Dedicado al sector energético, gestión ambiental y cambio climático, Víctor Ramírez habló sobre los beneficios del tránsito a las energías limpias no solamente para la preservación del medio ambiente y la salud, sino también en el rubro económico.
Sobre este último tema, destacó que la operación a combustóleo de la termoeléctrica resulta más costoso que si se operara con energías limpias, ya que aunque la refinería le regalara el combustóleo a la termoeléctrica, deben limpiar quemadores porque generan mucho hollín, aplicar aditivos químicos para evitar emisiones, lo cual, dijo, al parecer no se lleva a cabo, condiciones que hacen que el costo de generación rebase los 97 dólares por megawatt (MWh) hora, mientras hay opciones de energía renovable por debajo de los 40, 30 y hasta 20 dólares por MWh.
Ante ello, consideró que es necesario continuar el proyecto de llevar gas a Tula, pues este energético, aunque sería sólo un combustible de transición, es más limpio y, aunque el costo es casi el mismo, pero aún menor, genera menos emisiones.
Además, dijo, el país debe invertir en líneas de transmisión, reforzar las ya existentes, interconectar algunas zonas del país con mayor potencial y permitir que la iniciativa privada invierta en generación de energía eléctrica, pues abrir a la competencia se logra un costo menor para la misma.
En este caso, señaló que Hidalgo, por su ubicación cercana a la zona metropolitana del Valle de México, en una zona necesitada de energía que tiene que importarla de otros lados, cuenta con gran potencial para ser depositario de las inversiones, por ejemplo, en parques solares para la generación de energía eléctrica.
Por último, aunque no aventuró una cifra monetaria al respecto de las pérdidas en estas oportunidades de inversión para Hidalgo, sí dijo que hay espacios que podrían aprovecharse en el estado, pero dada la incertidumbre sobre la reforma energética, se genera desconfianza en los inversionistas.