Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
La semana pasada comentábamos en el segmento radiofónico de los lunes, sobre los verdaderos motivos del embate estadounidense que dio inicio a lo que podemos calificar como guerra comercial, ni más ni menos que contra el gigante asiático, China.
Ya mucho se ha dicho de entonces a esta fecha y lo cierto es que el punto de inflexión en este conflicto, radica en la tecnología 5G, sí, la tecnología que está llamada a marcar un antes y un después de la misma, no solo por ser la vanguardia tecnológica que dominará ya en pocos meses todas las comunicaciones y aplicaciones de los teléfonos móviles de nueva generación del mundo, sino porque los gobiernos de las grandes potencias le apuestan a lograr el control de la información que por medio de ella se puede lograr, ventaja que está en absoluto control de la china Huawei y del gobierno de su país, lo cual el régimen trumpiano simplemente no puede soportar y desesperadamente quisieron presionar amenazando fallidamente, lo que motivó a la empresa china a mostrar el as bajo la manga y despreciar la posterior y tardía bandera blanca que Trump torpemente ofreció de manera ya inútil.
¿En qué consiste exactamente este nuevo hit de conectividad, que aseguran será el ecuador tecnológico, comercial y político mundial? Siendo el paso siguiente a la 4G, sin duda marcará la pauta de las nuevas generaciones de teléfonos celulares con conexión hasta 10 veces más veloz que la actual, lo que permitirá a cualquier dispositivo transmitir un vídeo de 8K o incluso de descargar una película 3D en solo 30 segundos, solo por mencionar algunas de las impresionantes ventajas y avances
Tal como lo anticipamos, los objetivos de promoción electoral de Donald serían los amagos de guerra comercial contra China y claro, no podía ser de otra manera, contra México.
Ya conocimos el contenido de la carta diplomática sin precedentes de dignidad que AMLO le dirigió a Trump, y como era previsible el presidente del peluquín amarillo respondió de forma grosera y literalmente irracional, ya que además de amenazar con aranceles que van más allá de cualquier proporción, se está dando un tiro en el pie al actuar en contra de su principal socio comercial y el mayor consumidor de muchos de los productos que fabrican sus empresas globales.
Hoy como nunca y a raíz de este diferendo, está resurgiendo entre los mexicanos la propuesta lógica de comprar mexicano y evitar hasta lo posible el acudir a negocios de empresas de origen estadounidense. No han faltado voces en el país que se preocupan por los empleos que dan esas empresas a connacionales y no les falta razón, sin embargo y sin duda, además de que el interés general de la patria está por encima del de grupo cualquiera, es un hecho que cualquier nicho de negocio que quedara desierto por una hipotética retirada empresarial estadounidense, sería sin duda ocupado por inversionistas locales o incuso de otras naciones.
Veremos que tanto de esto es blof y si en verdad el vecino grandulón malcriado y caprichudo se atreve a llevar a la realidad su estratégica ambición electoral disfrazada de berrinche infantil.