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Ráfagas: Licona el impresentable, se aferra al SUTSPEEH
MEXICO, D.F., 13 de julio de 2015.- Sobra decir que el Partido Acción Nacional, hace por lo menos 25 años que dejo de ser lo que algún día fue. Todo empezó cuando en 1988, Carlos Salinas de Gortari, obtuvo la Presidencia de la República en medio de una cuestionada elección, ahí los opositores se unieron para protestar, entre ellos destacaba la figura de Manuel Clouthier, el ex candidato panista presidencial de ese año. Un año después un accidente raro cobro la vida de este y a partir de ahí encabezados por Luis H. Álvarez y Diego Fernández, los panistas decidieron subirse al carro de la legitimidad e ir de la mano en todas las principales acciones, iniciativas de ley y políticas del entonces presidente, los periodistas le endilgaron a aquella época, como la de la concertacesiones.
Algunos los criticaron, otros les aplaudieron, gracias a ese acercamiento, el PAN pudo obtener varias gubernaturas, un crecimiento electoral significativo, que terminó con la llegada al poder ejecutivo en el año 2000. Ya como gobierno las cosas cambiaron de escenario.
Fox gobernó básicamente ajeno al PAN, tanto así que los militantes se la cobraron cuando quiso impulsar la candidatura de Santiago Creel en 2006, contra pronóstico y contra corriente, la candidatura de ese partido, todos sabemos quedo en manos de Felipe Calderón. Este ya como Presidente, impuso a todos los presidentes del comité nacional para asegurar la sucesión y tampoco pudo, a su delfín Ernesto Cordero, le ganó Josefina Vázquez.
Ahora que viene una nueva contienda por la dirigencia nacional del PAN, que mucho tendrá que ver con la candidatura presidencial de su partido en el 2018, la disyuntiva se presente en apoyar al candidato oficial del dirigente nacional, Gustavo Madero y de los gobernadores panistas, en resumidas cuentas el candidato de la actual elite interna: Ricardo Anaya, joven carismático, que unos meses estuvo ya como Presidente y muchos creen que lo hizo bien, sus promotores dicen que representa el relevo generacional, sus detractores dicen que representa la continuidad y el acercamiento con el poder, la verdad es que su discurso empieza a sonar acartonado y tibio frente al rival que tiene todo que ganar y nada que perder y que por lo tanto, se tira a matar, se trata del senador Javier Corral Jurado.
Javier Corral, debido a su formación intelectual, es visto por sus pares, como antipático, oportunista y medio mamón, es un incomprendido que desde hace mucho ha estado mas cerca de la izquierda electoral que del mismo PAN. Esa misma postura hoy lo catapulta como el candidato rebelde, como el mismo se ha autodenominado, pues se lanza con todo contra la estrategia de la actual dirigencia y su cercanía con el poder en todos los niveles, contra los vicios que carcomen desde hace rato a ese partido, los moches, los compadrazgos, los acuerdos, la inflada de los padrones, la línea oficial, entre otras. No trae casi nada de propuesta, pero es como el Bronco, sabe donde picarles la cresta a sus compañeros, sabe donde duele la herida y de ahí espera repetir la historia que ya les toco a Calderón y a Vázquez Mota en su momento. Es posible que lo logre.
En Hidalgo, la ex dirigencia y actual dirigencia después de un largo rato de pleito, fueron sentadas y unificadas en torno al candidato oficial, Ricardo Anaya. Pero los nostálgicos, de la vieja guardia, los marginales, resentidos, excluidos y algunos más, van por el milagro, no son pocos. La soberbia de los que ya se sienten ganadores, sirve de su acicate y pueden descomponer el cuadro.