Así no, presidenta
PACHUCA, Hgo., 17 de marzo de 2016.- El desastre político que es el PRD está alcanzando proporciones insospechadas. Desfondado, caótico, dividido. Ante el torbellino de hechos y deshechos, es inevitable preguntarse ¿Y entonces quién manda ahí?
Decepcionante es responderse: es difícil saberlo. Pero como el huracán, una manera de averiguar su origen es siguiendo los efectos del desastre. Así, las secuelas llegan a Hidalgo, donde habrá elecciones estatales en el próximo 5 de junio.
En este paraje norteño del Valle de México, el PRD primero dijo que haría coalición para la elección a gobernador con el Partido del Trabajo; y hasta escogieron nombre: “Llegó la hora”, le pusieron… pero luego, que siempre no. El sol azteca rompió esta alianza para asegurar otra, esta vez, con el PAN; y ya no para la gubernatura, sino buscando competir en 50, de los 84 municipios donde también se han de renovar alcaldías. A esta nueva aventura le pusieron “Cambiemos el rumbo”. ¿Y qué pasó? Este salto de la muerte, le salió todo mal al perredismo. El charro amarillo que simuló ser, se cayó del caballo, comió tierra y se enredó entre las patas de su equino azul.
Por supuesto que este trance no fue casual. Más allá de lo que se le pudiera achacar al karma, debe apreciarse que la caída fue a causa de una impugnación que presentó ante el Tribunal Estatal Electoral el partido Movimiento Ciudadano (MC).
Movimiento Ciudadano dijo que el PRD no podía ir en alianza con el PAN porque éste ya tenía una coalición con el PT, con cuyo Partido deshizo su acuerdo para privilegiar a sus amigos azules. Bajo tales acusaciones, este miércoles 16, en sesión pública, el Tribunal Electoral de Hidalgo le dio la razón a los del MC, alegando que el PRD rompía el “principio de uniformidad” con sus cochupos y que “ningún partido debe sostener más de dos alianzas para evitar la dispersión ideológica”. Así es que el sol azteca se quedó solito, y como el perro de las dos tortas, dicen en mi mal-afamado barrio.
Hasta aquí la crónica de la hecatombe. Pero apelando a los principios de la teoría del caos, toda descomposición tiene su mínimo origen. ¿Dónde está el del PRD? O quizá es mejor preguntarse ¿con quién?
La alianza PRD-PT estaba pactada, antes que el perredismo definiera su candidato de entre Isidro Pedraza Chávez y José Guadarrama Márquez. Al decantarse el sol azteca por el segundo de ellos, algo comenzó moverse, silenciosamente, insondablemente, hasta que con fecha 15 de marzo, un documento firmado por el presidente estatal del PRD, J. Ramón Flores Reyes y el representante propietario de ese Partido, Juan Carlos Vázquez Morales, a nombre del Comité Ejecutivo Estatal perredista, le informó al Partido del Trabajo que su alianza estaba deshecha, incluso, desde un día antes.
Se lee en el documento:
“Con fecha 14 de marzo de 2016, el Presidente del Comité Ejecutivo Nacional de nuestro Instituto Político, en plenitud de facultades, determinó comunicar al Consejo General del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo, LA SEPARACIÓN TOTAL, INMEDIATA E IRREVOCABLE DE LA COALICIÓN ELECTORAL DENOMINADA “LLEGÓ LA HORA” por lo anterior, le comunicamos de dicha decisión reconociéndole a la dirección estatal del Partido del Trabajo, su gran contribución en la construcción de nuevas alternativas de gobierno para nuestro estado”.
En política nada es casualidad. De tal manera, no es casual que Flores Reyes y Vázquez Morales formen parte del equipo político de José Guadarrama Márquez. Y a la luz de las intenciones declaradas por José Guadarrama de crear un “gran bloque opositor”, no es casual que éste se haya referido explícitamente a una alianza entre el PRD y el PAN por la gubernatura, en una candidatura que ahora es suya, pero ya sin el blanquiazul.
Hasta donde se sabe, ni Guadarrama Márquez ni la dirigencia estatal del PRD han dado explicaciones al PT. Y si lo hicieron, ha sido días después de haber comunicado al Instituto Electoral su decisión de romper la alianza. ¿Harán algo para recomponer lo descompuesto? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que el PRD no puede ganar esta elección en solitario. Que Ir sin alianza es como querer perder a propósito. Que la decisión del Tribunal afecta también las posibilidades del PAN y del Partido el Trabajo. Que divide y vencerás. Y que sería muy raro, muy raro, que eso fuera una casualidad.