
Ecos y Huecos Sindicales: Reconocimiento a los docentes
PACHUCA, Hgo., 25 de enero de 2016.- Tal como en otras adicciones el control del uso de las redes sociales llega a escaparse de nuestras manos, no todo el mundo es adicto a estas, incluso hay aun quienes no las ocupan y quienes no tienen tiempo ni interés en ellas, y de acuerdo a la analogía con otras adicciones la pregunta es ¿si esas personas que no las utilizan probaran de sus encantos absolutamente todas lograrían continuar al margen?
¿Cuánto tiempo revisa sus perfiles o sus cuentas en redes sociales? Hay persona que dicen no pasar mucho tiempo en ellas, pero ¡que las visitan unas 20 o 30 veces al día! ¿Por qué? ¿Qué hacíamos antes de las redes sociales?... ¿Cómo compartíamos y como nos enterábamos de lo que hacían o como estaban los y las demás?...
Si claro, las redes sociales tienen aspectos altamente útiles, pero, ¿cómo es que llegamos a compartir tanto de nuestra vida con una pantalla de por medio? La gente suele acercarse y utilizarlas gradualmente, sin embargo, la alta gratificación de los comentarios recibidos y el incremento de seguidores que aplauden una fotografía o una publicación brinda beneficios psicológicos que disminuyen las defensas que naturalmente se tienen ante un grupo de personas poco conocidas, de tal forma que la persona va aumentando no solo el número de sus publicaciones sino también el grado de la privacidad de lo que comparte.
Mucho se habla sobre las restricciones y cuidados de seguridad y privacidad en las mismas, sin embargo, es lamentablemente común que sea el mismo usuario quien se pone en riesgo, admitiendo a personas que no conoce, no revisando los términos de la configuración correctamente o por descuidos que absolutamente a todos nos pueden ocurrir estando en ellas, como responder a personas que creemos conocer sin saber que ese perfil no es real o que esa cuenta ha sido comprometida.
A los padres de familia se les sugiere tener cuidado con el uso que hacen de estas sus hijos, que se tomen el tiempo para supervisar a sus contactos, y que les recuerden ciertas medidas de seguridad básicas… aunque a los adolescentes les parezca una exageración por parte de los padres.
Los y las adultas también debemos cuidar de nuestra seguridad . pero, además el de las personas con las que compartimos información y con las que estamos en contacto, cuidando y denunciando cualquier situación que nos parezca extraña en el perfil de nuestros conocidos, obviamente me refiero a estar atentos ante cualquier posibilidad de que alguien esté usurpando un perfil que no le corresponde.
Y aunque la seguridad es por supuesto el tema número uno a cuidar en el uso de cualquier red social, igualmente es primordial cuidarnos de no caer en la adicción a las mismas, que imposibilita que tengamos “una vida más normal” y estemos “conectados realmente en vivo y en directo en nuestras relaciones y actividades”, y no descuidar el tema de la intimidad… ¿Qué nos lleva a compartir tantos aspectos tan personales en un aparador donde no controlamos al cien por ciento quien ve esa intimidad?... esto es importante, porque habla de una necesidad de ser mirados, escuchados, acariciados que si bien existe en casi todos, no en todos está cubierta, lo que hace que la gente que tiene menos soportes emocionales reales sea más vulnerable a creer que los encuentra en las redes sociales, sin que esto sea así.
Practiquemos de nuevo el delicioso arte de conversar frente a frente, de escuchar, celebrar y dar contención a quienes lo necesiten directamente. Distingamos que si y que no compartir y con quien… pero, además, si sucede que continuamente “necesitamos” conectarnos”, publicar o revisar nuestras redes sociales será importante determinar qué hay detrás de esto… ¿Es un hábito, una adicción, o una expresión de alguna insatisfacción emocional; como la necesidad de compañía o de aprobación?...
¡Un abrazo para los y las lectoras de Quadratín Hidalgo!
Psicoterapia y Coaching
Lorena Patchen
Entre Géneros, jueves 8 PM por 98.1 FM.