Ráfagas: Otra más de la CAASIM
PACHUCA, Hgo., 27 de julio de 2015.- Pasar demasiado tiempo mirando el perfil de otros puede terminar siendo una pesadilla para aquellos que no disfrutan de su propia vida… En estudios recientes se ha demostrado que la gente que pasa más tiempo en esta red social corre el riesgo de comparar lo que está viviendo con lo que “cree” que viven los demás. Viajes, graduaciones, ascensos laborales, cenas, brindis, aniversarios… Facebook es la gran vitrina en donde los usuarios exhiben lo mejor de sí mismos (o lo que consideran como tal), incluso, hace tiempo se demostró también que quienes tienen más invitaciones de amistad son aquellos que proyectan una imagen más positiva, a la mayoría de la gente no le gusta leer que otro está triste, y en el fondo también se busca la fantasía que algunas personas parecen representar.
En realidad, todo lo que ocurre en la vida de la gente con el uso de esta red social es sumamente interesante, por un lado, permite la conexión con personas lejanas, reencuentros, y es un excelente álbum fotográfico para la familia y amigos, pero, son justamente sus grandes cualidades las que tomadas incorrectamente se convierten en graves problemas personales y sociales.
Cualquier lugar en donde se exhiba la ubicación, las señas y datos de cualquier persona termina siendo un catálogo para la delincuencia, por eso, no se deben olvidar las medidas de seguridad que básicamente aplicaríamos en cualquier contexto, lo que en ocasiones se olvida al ver la vida de otros, debido a que las fotos y los comentarios invitan a hacer lo mismo… subir fotos cada vez más personales y compartir detalles íntimos que se supondría que solo se compartirían con amigos reales.
Es sano saber marcar la distancia entre lo real y lo virtual, ser cuidadosos con el tiempo en que nos involucramos en su uso y empeñarnos en vivir más en nuestro entorno, es curioso pero lamentable que se insista en “virtualizar la vida”, compartiendo casi todo lo que se hace… Vamos ¡hasta lo que se está pensando!… En internet circulan vídeos de campañas a favor de “desconectarse virtualmente para conectarse realmente”, la gente exhibe lo que come, toma video de sus amigos y los comparte mientras ellos están cantándole las mañanitas, puede ser agradable hacerlo para conservar un gran momento sin caer en perderse de vivir de verdad ese momento.
¿Será que todos los usuarios son tan felices como lo comparten? Ojalá, sin embargo, no necesariamente es así. Por obvias razones, cuando hablamos de personas no es posible generalizar, cada quien es una historia distinta. De tal forma que lo que se exhibe en Facebook es solo una parte de lo que se vive, no el todo.
Y aunque también hay quienes muestran desagrado o proyectan sus frustraciones, estos perfiles no son tan atractivos ni generan el mismo impacto que los de la gente que continuamente esta hablando de que su vida es maravillosa.
Más allá de lo que cada cual decida mostrar de si mismo o de su vida en donde decida hacerlo, los espectadores deben tomar en cuenta que no todo es cien por ciento cierto, y si así fuera, cada quien debe centrarse en su propia vida, necesitar menos de la aprobación de otros y gustar más de lo que se tiene que de lo que no se tiene.
¿Por qué pasar horas revisando la vida virtual de otros en lugar de dejar el movil a un lado y vivir con todos los sentidos nuestra propia vida?
Las comparaciones siempre dejan a alguien en desventaja, por eso, compararse con otro que parece mucho más feliz produce envidia y tristeza, aunque no sabemos todo lo que ese otro está viviendo realmente, cuanto le cuesta tener lo que tiene, y si de verdad lo tiene, no sabemos que hay detrás de lo que se ve… Y de lo que se exhibe, porque aun la persona más feliz tiene sus preocupaciones y sus dolores.
Y por supuesto, millones de usuarios también tienen una vida altamente satisfactoria y muy parecida a lo que muestran sus perfiles, pero… Que eso sirva de motivación y no de frustración para quienes aspiran sentirse así.
En resumen… Lo mejor de la vida es vivirla.
Antes no había redes sociales y la gente disfrutaba de su vida, se hacia fantasías sobre la vida de otros, e igual intentaba disimular sus puntos débiles y disfrazar sus tristezas y problemas para que otros solo vieran la mejor parte de su vida… La diferencia hoy en día es poder mirarlo una y otra vez, en el momento que se desea hacerlo… “Stalkeando”.
Si de algo no hay duda es de que “Solo se vive una vez”, así que a vivir… Pero no virtualmente, ¡cierra sesión y a vivir!
@Lorepatchen
Psicología y Coaching
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