Ráfagas: Molestia vecinal en Pachuca
PACHUCA, Hgo., 17 de septiembre de 2015.- Aunque en México las estadísticas señalan que el analfabetismo ha disminuido, el crecimiento demográfico ha mantenido, a lo largo de décadas, el mismo porcentaje con mínima variación: en 2010 había seis millones de iletrados, actualmente, 5 millones 400 mil.
Hace cinco años, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, José Narro Robles, expresó: “Es una vergüenza nacional” que 200 años después de iniciada la guerra de independencia, México tenga seis millones de personas analfabetas.
Hace una semana, la representante de la UNESCO en Mexico, Nuria Sanz, informó que 5 millones 400 mil individuos que no saben leer ni escribir representan el 4.8 por ciento de la población, cifra que no ha reducido en población adulta, especialmente mujeres.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) considera que el analfabetismo no es sólo deuda social, sino que frena el desarrollo de las personas.
Aun cuando en México es preocupante el número de analfabetas, por otro lado es alarmante la cifra de analfabetos funcionales, de todas las edades, sobre todo de las nuevas generaciones poco o nada aleccionadas en la lectura de libros.
Esas generaciones sí saben leer y escribir, pero no comprenden el significado de las palabras.
“Se denomina analfabetismo funcional la incapacidad de un individuo para utilizar su facultad de lectura, escritura y cálculo de forma eficiente en las situaciones habituales de la vida. Se diferencia del analfabetismo en sentido estricto en que éste supone la incapacidad absoluta de leer o escribir frases sencillas en cualquier idioma”.
La cantidad de mexicanos en la categoría anterior suma decenas de millones si tomamos como parámetro el promedio anual de lectura de libros, equivalente a tres por persona, además si leemos los correos que circulan en las redes sociales.
Podemos sacar conclusiones negativas cuando colegimos que en el territorio nacional una gran mayoría de los noventa millones de individuos que poseen teléfono celular, lo usan para enviar mensajes con una escritura singular sin respetar en lo mínimo las reglas gramaticales.
Presidente de cabildo
Para ilustrar un tanto el problema del analfabetismo real y funcional, recurro a lo sucedido en la sala de cabildo de la presidencia municipal de Pachuca, el 15 de enero de 1985, durante la ceremonia del tercer informe del alcalde Eduardo Valdespino Furlong, quien leyó correctamente los diversos capítulos de su documento.
Al terminar el informe, vino la contestación a cargo del presidente de la asamblea municipal, el regidor Paulino Chávez.
Don paulino comenzó a deletrear, no a leer, lo escrito en unas hojas colocadas en el atril. Los micrófonos recogían los sonidos guturales del munícipe y los transmitían por los altavoces instalados en sitios estratégicos del edificio.
Algunos espectadores pensaron que don Paulino estaba nervioso y se compondría en unos segundos. ¡Qué se iba a componer! El iletrado cuasi tartamudo utilizó ¡siete minutos! tratando de hilvanar las palabras que leía con pausas muy largas. Dijo vin– culo, en vez de vínculo. Carraspeaba a cada momento. No daba pie con bola. Al terminar una línea del escrito, no encontraba la línea siguiente.
Los asistentes al informe volteaban hacia uno y otro lado, nerviosos, incluido el alcalde Valdespino, de tez morena, quien con el sofocón por el que atravesaba, aparecía sonrojado. Estaba de una pieza. Ni siquiera movía las pestañas.
Después de esos larguísimos siete minutos, alguien se acercó a don Paulino Chávez, le susurró algo al oído, y éste, trémulo, cortó por lo sano y sin leer, dijo de corridito, con voz fuerte: “por esto nuestro reconocimiento a Eduardo Valdespino”.
El galimatías oficial del Congreso
Jorge Martínez transcribió este martes en la columna “Todo por su nombre”, el galimatías que encierra la reforma a la ley electoral del estado, que por mandato superior aprobaron todos los diputados de la 62 Legislatura del Congreso local que impide que algún “bronco” independiente pudiera ganar la gubernatura en 2016.
En un boletín oficial galimático se dice que “el legislador del Partido Nueva Alianza (PNA), Víctor Trejo Carpio, expresó que la reforma al artículo 247 se estableció que los dirigentes de los partidos políticos no podrán solicitar su registro como Candidatos Independientes, a menos que se separen de su cargo partidista con tres años de anticipación al momento de solicitar su registro”.
“Asimismo, no podrán solicitar su registro como Candidatos Independientes los ciudadanos que participaron en algún procedimiento interno de selección de candidatos de algún partido político, dentro de los dos procesos locales electorales inmediatos anteriores y que en el proceso actual aspiren a obtener una candidatura independiente”.
Analfabetismo funcional puro. El miedo no anda en burros.