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PACHUCA, Hgo., 27 de agosto de 2015.- Contra todos los pronósticos expresados en 1988, la Feria Universitaria del Libro cumple ya 28 años exitosos de haber sido instaurada por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, ubicada en sus inicios en los portales de la plaza Juárez y recientemente en el polideportivo de la Ciudad del Conocimiento- antes Unidad Universitaria.
En 1988, con la aquiescencia del rector de Juan Manuel Menes Llaguno, comenzó una etapa diferente de difundir la cultura que en principio tuvo opositores, pero con el transcurso de unos cuantos años se consolidó como verdadera opción para que la Universidad saliera a la calle.
Al poner en marcha el proyecto, el rector Menes Llaguno marcó especial énfasis en que la feria del libro, denominada así con la apócope “Ferilu”, debería ofrecer novedades literarias, cumplido cabalmente por las editoriales comerciales y universitarias que participaron.
Durante el desarrollo de la primera feria, que se inició el viernes 12 de agosto de hace 28 años, la exposición El Libro Hidalguense presentó originales de obras y tomos históricos de los siglos XIX y XX.
El teatro Bartolomé de Medina fue escenario de las conferencias magistrales disertadas por los profesores Rafael Cravioto Muñoz y Raúl Guerrero Guerrero, de un concierto sinfónico y del “diálogo” de los comediantes Salinas y Lechuga. Fue abarrotado por los pachuqueños deseosos de conocer y escuchar a la escritora Elena Poniatowska, quien el sábado 20, fecha de la clausura, habló de su libro Flor de lis.
En la explanada de la Plaza Juárez se realizaron festivales culturales, con grupos de danza folklórica y música diversa, lo cual animó durante las tardes la afluencia del público en los portales de la plaza.
Libros y escritores
El programa preparado por el comité organizador de la Ferilu 88, incluía la presentación de libros por autores hidalguenses: Ramón Santamaría, autor del relato minero Miguel, el chiflonero; Víctor Manuel Ballesteros, quien habló sobre la bibliografía La Vuelta a Hidalgo en 180 Libros; Luis Rublúo Islas, Tradiciones y leyendas hidalguenses; doctor Clemente Cabello, disertó sobre sus obras Vivencias, Carranza y su relación con Román Cabello.
Héctor Samperio Gutiérrez, fundador del Centro Hidalguense de Investigaciones Históricas, AC, Cehinac, presentó los libros Cadereyta y Amealco; Agustín Ramos recordó cómo escribió Ahora que me acuerdo, y don Leoncio Medina Calderón explicó con ejemplos sus observaciones sobre el candente tema del vandalismo.
Intenciones y resultados
Después de la cuarta Ferilu los modos cambiaron. Los organizadores cobraron el espacio en los portales de la Plaza Juárez; las editoriales se desencantaron, y tuvieron vía libre los libreros, vendedores de obras de firmas diferentes y ediciones atrasadas, algo así como librerías de viejo, o como dicen los verdaderos librófilos, “mulas”, viejo o pasado de moda.
La Feria Universitaria del Libro ha proseguido—de Ferilu a FUL- durante 28 años ininterrumpidos, fomentada por los rectores Juan Manuel Menes Llaguno, Gerardo Sosa Castelán, Luis Gil Borja y Humberto Veras Godoy.
Los modos de organización han cambiado: de la correspondencia enviada por correo, ahora se usan celulares y mensajes por la Internet. Existe una dependencia universitaria dedicada exclusivamente a la preparación de las muestras libreras. Personal capacitado adecuadamente para atender a los expositores, autores y visitantes. Riguroso horario para la presentación de las obras, amplio espacio del polideportivo para la exhibición editorial y salas de conferencias.
La FUL se ha modernizado ni duda cabe, pero ha sido alejada de su lugar de origen: la plaza pública, donde, por ejemplo, sucedió la siguiente anécdota:
El sábado 13 de agosto de 1988, el diario Nuevo Día publicó una reseña firmada por Alberto Witvrun:
“En fiesta popular cultural se convirtió la Primera Feria Universitaria del Libro (Ferilu), inaugurada por el gobernador Adolfo Lugo Verduzco y el rector Juan Manuel Menes Llaguno.
“A pesar de que la lluvia amenazó con opacar el primer día de actividades, cientos de personas acudieron a observar los cientos de libros que están a la venta. El espectáculo artístico atrajo a importante número de espectadores, pese el viento frío que azotaba a las 8 de la noche.
“En los portales de la plaza Juárez, Lugo Verduzco y Menes Llaguno visitaron una por una las mesas de las 5l editoriales que participaron en la Ferilu 88, rompiendo marca de permanencia ya que comentaron publicaciones por espacio de cuatro horas.
“Lo anterior originó que dos exposiciones, una de caricaturas, de Luis de la Torre, y la del escultor Enrique Garnica (autor de los carteles de promoción de la Ferilu), fueran explicadas al gobernador hasta las 22 horas (estaban programadas a las 19 horas), quien era acompañado sólo por unos pocos de los muchos funcionarios que habían arribado a las 18 horas con el mandatario. Esos funcionarios que merecieron reconocimiento por su resistencia, eran Eduardo García Gómez, Adalberto Chávez Bustos, Mario Viornery Mendoza, Ernesto Gil Elorduy y Nicolás Licona”.