Radar Político: Parra, se adorna…
PACHUCA, Hgo., 29 de febrero de 2016.- El ex priísta José Guadarrama Márquez quien el pasado viernes fue presentado como candidato de unidad del Partido de la Revolución Democrática (PRD) al gobierno de Hidalgo, defiende su postulación y rechaza que haya sido un dedazo “como en otros partidos”.
“Soy el único hidalguense que le ha ganado al PRI una elección estatal para ser senador, he ganado otras cuatro elecciones, una para presidente municipal, dos de diputado federal y otra de senador, yo sí sé cómo puede ganarse una elección en el estado de Hidalgo”, se regodea el ex senador.
Hechura del sistema político que hoy combate desde el Partido de la Revolución Democrática, Guadarrama Márquez echó abajo todos los pronósticos y venció en las elecciones del 2006 a su acérrimo rival, el ex gobernador Jesús Murillo Karam, quien años atrás (en 1999), le metió el pie, cerrándole cualquier posibilidad de ser candidato y gobernador del PRI.
Las crónicas de aquellos días apuntan que seguidores de Guadarrama Márquez, entonces pre candidato del PRI al gobierno de Hidalgo, soltaron una rechifla en contra del entonces gobernador, Jesús Murillo Karam durante un evento en el restaurante Casino Español, para exigirle “sacar las manos de la elección”.
Aquella sonora rechifla le costó la candidatura a José Guadarrama Márquez, por lo que Manuel Ángel Núñez Soto fue impulsado con todo el poderío del sistema para vencer en la contienda interna del PRI al ahora candidato del PRD.
Sin embargo, como parte de una operación cicatriz al interior del PRI, el entonces virtual gobernador Manuel Ángel Núñez Soto echó a andar la operación Troya, que consistió en ofrecerle una compensación económica a Guadarrama, así como cinco diputaciones locales para Sergio Olvera González, Medardo Becerril González, Teódulo González Pérez, Saúl Rubio Andrade y Santiago Morales Hernández, integrantes del Frente Democrático Hidalguense (FDH).
Pero había un ofrecimiento más para Guadarrama hecho por el propio presidente de la República, Ernesto Zedillo a través de su entonces secretario particular, Liébano Sáenz, que él fuera el próximo candidato del PRI al gobierno de Hidalgo, al terminar el sexenio de Núñez Soto.
-¿Fue cierto éste ofrecimiento?, se le cuestiona a Guadarrama, quien lo acepta, y narra:
“Así es, ya no era el estado, sino a nivel federal me dijeron que había una garantía de que en seis años yo sería el candidato y gobernador del PRI, pero no me fui por la tentación ni por el caramelo que me ofrecían, preferí ir a hacer una lucha de oposición en el PRD”.
Sin embargo, pasada la elección presidencial del 2000 donde el PRI entregó Los Pinos al Partido Acción Nacional, y a su entonces candidato Vicente Fox Quesada, el panorama para el tricolor se nubló, y Guadarrama convocó a un evento político en la Plaza Juárez para quemar las credenciales del PRI, dando paso a la fundación del Frente Democrático Hidalguense (FDH), que le ha servido para negociar y controlar gran parte de la estructura política del Partido de la Revolución Democrática.