Ráfagas: Denuncian corrupción en Tribunal de Arbitraje Laboral
PACHUCA, Hgo., 26 de Enero del 2015.- La Ley General en materia de Delitos Electorales plantea un laberinto de restricciones a los partidos políticos y sus candidatos que arranca desde el proceso interno de selección y a partir de su modificación es un ordenamiento que pasa de ser estricto a temible.
Sólo para entrar en materia, el artículo cinco de dicha ley marca que aquel servidor público que la transgreda será merecedor de una multa, prisión e inhabilitación, así, todo junto y en el caso de los candidatos, perder el registro y la posibilidad de contender en el proceso electoral.
Pero la nueva condición que presenta la Ley, lleva a los 10 partidos políticos con registro en Hidalgo a enfrentar la próxima elección de manera diferente. El PRI, puso en marcha un programa de capacitación intensivo para militantes, con énfasis en los burócratas.
Los tricolores están preocupados pero muy ocupados en informar a la base que trabaja en instancias públicas para que no incurran en faltas que pudieran repercutir en un cataclismo interno como la imposibilidad de registrar un candidato, sin embargo, son los funcionarios de alto nivel los que más problemas dan en este asunto.
Ya desde los preregistros a las convenciones de delegados, varios funcionarios priistas (por lo menos dos) se hicieron presentes en la sede de su partido en día hábil y horario laboral. Esto levantó la molestia de la dirigencia tricolor que de inmediato ordenó que se retirarán, además urgió a una cumbre entre las dirigencias del partido porque sí esto se repite la consecuencias serán catastróficas.
Los priistas sabedores que los partidos de nueva creación y también sus eternos rivales PAN y PRD, conocen muy bien la Ley, están alertas porque esperan ser vigilados, fiscalizados y denunciados porque esta condición legal abre la posibilidad a ganarles relativamente fácil en tribunales, aprovechando la principal debilidad tricolor: La Soberbia.
Es más, esperan que varios institutos políticos dediquen más recursos y esfuerzos a vigilarlos que a organizar su propia participación en las siguientes elecciones.
Este hecho y la necedad, ignorancia o protagonismo de algunos funcionarios mantienen encendidas las alertas en la sede estatal del PRI, donde para colmo, algunos medios de comunicación, amigos y dóciles, pueden ser su peor veneno.