Ráfagas: Voracidad panalista
15 de junio de 2015.- Resulta significativo el que precisamente en los mismos días en que WOLA, la Oficina en Washington para Latinoamérica, da a conocer que las autoridades mexicanas detienen ahora a más menores migrantes procedentes de Centroamérica que los agentes de migración estadounidenses, a raíz del significativo aumento en la llegada de menores a la frontera estadounidense en el verano de 2014, la aspirante a la candidatura por el partido demócrata a la Presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton insistió el sábado pasado en su primer gran mitin electoral, que los inmigrantes indocumentados que trabajan duro y que cumplen con la ley, deben tener la posibilidad de una vía para acceder a la ciudadanía con plenos derechos y no a un «estatus de segunda clase», ante miles de personas en la isla de Roosevelt, en Nueva York.
La exsecretaria de Estado ya había adelantado esa idea la pasada semana durante un encuentro con jóvenes inmigrantes y ahora la confirmó en el que está considerado como el primer gran acto de su campaña a la Casa Blanca. Aunque no dio muchos detalles sobre sus planes, Clinton criticó a quienes según su dicho, quieren poner a los inmigrantes que trabajan duro y pagan impuestos en riesgo de deportación. La idea que su equipo de campaña pretende hacer como punta de lanza es que la ex primera dama está dispuesta a ir más allá que el presidente Barack Obama en lo concerniente a una eventual reforma migratoria.
En noviembre pasado, Obama aprobó acciones ejecutivas para poder legalizar la situación de cinco millones de indocumentados, sin embargo, antes de que entraran en vigor en 2015 fueron suspendidas temporalmente por un juez federal, a petición de una coalición de estados liderados por Texas y su conservadurismo corporativo.
Una parte del plan ejecutivo consiste en la ampliación de un programa ejecutivo de 2012 conocido como Acción Diferida (DACA) y que ya ha evitado la deportación de más de medio millón de jóvenes a los que se conoce como «soñadores».
Además de a la ampliación de DACA, el fallo del juez afecta al programa Acción Diferida para Responsabilidad de los Padres (DAPA), cuyo inicio estaba programado para mayo y que busca amparar a los padres de ciudadanos estadounidenses o con residencia permanente.
De regreso a nuestras fronteras y retomando el tema, es evidente que las autoridades mexicanas por “solicitud” (por no decir ordenes) de sus pares estadounidenses, se han aplicado en hacerles la chamba desde nuestro territorio para evitarles no sólo la polémica problemática, sino para evitarles la pésima imagen que genera combatir este fenómeno migratorio infantil. Los datos obtenidos de la Oficina de Protección de Fronteras (CBP) de los E.U.A y del Instituto Nacional de México (INM), nos demuestran que, entre octubre de 2014 y abril de 2015, los estadounidenses detuvieron 70,448 menores centroamericanos mientras que en México se detuvieron a 92,889.
Esto demuestra que sigue siendo igual de urgente, como lo era el año pasado, encarar la violencia y pobreza que motiva la migración centroamericana.
México deportó a 51,565 menores migrantes procedentes de Guatemala, Honduras y El Salvador en los primeros cuatro meses de 2015, comparado con los 28,736 del mismo periodo de 2014. La ola de inmigrantes que llegó a la frontera sur estadounidense en 2014 provocó que el Gobierno de EEUU urgiese a México y los países centroamericanos a controlar esta migración. En febrero de este año, el presidente Barack Obama, anunció $1,000 millones en asistencia para los Gobiernos centroamericanos, pero gran parte de estos fondos todavía debe ser aprobada por el Congreso.