Así no, presidenta
Twitter: @OswaldoRamirezG
<<La humanidad tiene una moral doble: una que predica y no practica, y otra que practica y no predica>>
Bertrand Russell, filósofo, matemático y escritor británico (1872-1970).
Se han escrito muchas cosas sobre este tema; autores de diferentes disciplinas han dado rienda suelta a lo largo de la historia reflexionando sobre sus principios. Incluso un célebre y conocido políticos de la vieja guardia tricolor osó hacer mofa de esta cuestión infiriendo que “la moral es un árbol que da moras y que sirve pa pura CH”n$d$A…”
Pero para no entrar en contradicciones nos iremos con su concepto más simple; moral es la disciplina filosófica que estudia el comportamiento humano en cuanto al bien y el mal (y no señores, no entraremos en el debate para definir la existencia y relatividad sobre qué es el bien y qué es el mal).
Últimamente se le ha emparentado con lo “políticamente correcto” y es manoseada en los medios de comunicación en el afán de construir una opinión pública progresista (pésima por cierto), que lo único que genera la mayor de las veces es exhibir la ignorancia de algunos colectivos que en su afán de proteger los derechos de la mujer, de las minorías raciales o de la diversidad sexual, se pierden en el furor de sus consignas sin saber que no son los pioneros sino los continuadores de un sistema que cada vez más vicia las causas nobles en pro de la igualdad humana.
¿Qué por qué digo esto?
Simple, porque hasta hace unos días era tendencia en redes sociales el resurgimiento de los talibanes en Afganistán, grupo musulmán extremista que pretende reinstaurar el viejo orden lo que violentaría a su sociedad en general, principalmente a las mujeres. Este país asiático que duró alrededor de veinte años ocupado por las fuerzas militares estadounidenses, que en su afán por “combatir” el terrorismo y “liberar” de aquel grupo fundamentalista a la sociedad afgana, no hicieron más que desgastar, fastidiar y joder a esa nación, lo mismo que con Libia o Irak. En fin, la aventura les salió cara y desastrosa al vecino del norte que bien pudiésemos decir que es su nuevo Vietnam.
Por tal motivo no faltaron los colectivos feministas que en redes empezaron a manifestar su apoyo hacia las mujeres afganas y apelar para que la comunidad internacional defienda sus derechos… Hasta aquí todo bien, el problema es que la mayoría de estos grupos deja de fondo los antecedentes históricos de aquel país. Se olvida que durante la Guerra Fría, Afganistán era parte de la Unión Soviética y su desarrollo sociopolítico estuvo en su mejor momento. No fue sino gracias a la lucha entre soviéticos y yanquis que grupos separatistas iniciaron la guerra civil lo que culminó con la independencia de Afganistán y tiempo después la instauración de un régimen musulmán ultraconservador: el talibán. Por aquella época algo similar pasó con Irak y la instauración de Saddam Husein como presidente también bajo anuencia británica y estadounidense, siempre y cuando velara por sus intereses.
No se trata de desestimar lo que pasa del otro lado del mundo sino de que las denuncias y consignas no se hagan al vapor. De la misma manera en que se defienden los derechos de aquellas mujeres, sería ideal que aquí en el propio país grupos contestatarios lejos de aliarse a la torpe oposición, formaran cuadros para defender y luchar por los derechos de niños, indígenas y comunidades que están siendo violentadas y que aún hoy a pesar de que la guerra contra el narcotráfico dio fin por decreto, palabra y obra de nuestro Huey Tlatoani, existen lugares en donde los beneficios y las glorias de la 4T han pasado de noche, uno de ellos el Aguililla, un pueblo de Michoacán asediado por el narcotráfico.
Se debe apelar por la igualdad de condiciones, siendo congruente dentro y fuera de México, y no quejarse amargamente por la discriminación y estereotipar roles según el aspecto físico de las personas, recayendo esto en el ejercicio enajenado de su profesión; algo así como lo que denunció en un video el actor Tenoch Huerta hace unos meses en relación al racismo que sufrió de la mano de la industria cinematográfica mexicana. Si bien la denuncia es clara y contundente, pierde su valor cuando lo vemos interpretar personajes que contradicen lo que denuncia; el caso de un narcotraficante célere en la serie Narcos México de Netflix y el papel de un inmigrante mexicano en su reciente cinta “La Purga por siempre” (2021). Pero claro, quizás el discurso de aquel video en contra del racismo se reserve solo para la comunidad progre mexicana, esa que no paga en dólares y que no promete un despunte hacia Hollywood ¿Verrrrdad?
A propósito de lo anterior, este fin de semana perdí mi tiempo volviendo a ver en maratón la serie antes mencionada, esa en la que un Diego Luna actúa como solo él lo sabe hacer; siendo Diego Luna en todos los papeles sin cero tablas histriónicas, pero en fin, interpretando el papel del Jefe de Jefes, Félix Gallardo, fundador del Cartel de Jalisco. Por cierto, este actorazo es otro ejemplo de la doble moral (snub).
Lo que me trae a este punto son las recientes declaraciones del original y legendario capo en una entrevista para Telemundo la semana pasada. En ella se puede observar a un hombre achacoso de penosa condición cuya edad rosa los 75 años según dice a la reportera. Al preguntarle sobre “qué opina del presidente”, el capo lo envuelve en halagos y enfatiza que no le pide “nada”, puesto que por su edad espera morir muy pronto. Este hombre que con lastimera labia se dirige a los medios, utiliza la psicología a la inversa y lanza este anzuelo obviamente para generar un tipo de beneficio.
Es curioso que esta conversación se dé a conocer a unos días de que le presidente Andrés Manuel mencionara su propuesta sobre la Amnistía para personas mayores de 75 años con el fin de que purguen el resto de su condena fuera de la cárcel. Una “extraña” coincidencia que suena más a un traspié, un “cuatro” que los medios le quieren poner al mandatario, de quien además al mencionar el caso del narcotraficante declaro que no se opone a que se le aplique esta amnistía. En fin, el chiste de políticos, figuras públicas y bribones es tirar hilo para sacar hebra, total ya cada vez más sujetos le toman la medida al bien amado mesías.
Total, si se trata de personar, le sale más barato legitimando este tipo de leyes que en generar una estrategia eficaz contra el crimen organizado, el huachicol y la delincuencia común. Esa pude esperar, al fin y al cabo el “pueblo es sabio” aun si en el pueblo hay individuos volubles o maleados. Todos caben en la 4T solo arrepiéntanse públicamente y listo, ya después si se hacen los occisos y crean un nuevo cartel digamos en Caborca ¡Qué más da! Como pasó con Caro Quintero durante el sexenio de Peña Nieto. Al fin y al cabo por obra y decreto del bien amado Tlatoani en lo que va de su sexenio no se han conformado nuevo carteles- Dice.
Que se preocupe la ciudadanía, la que ya no ve la suya con tanta delincuencia, para ejemplo municipios morenistas como Progreso y Mixquiahuala en esta entidad. Pero pues como no pasa nada, que sigan en su jolgorio “transformacional, trabajando duro en las redes sociales, al fin que lo de hoy es cambiar el mundo a tuitazos y jactarse del apoyo a la sociedad a través de lives y videos en redes sociales, aunque solo vayan a las comunidades y se acuerden de sus obligaciones en vísperas electorales.
Finalmente creo que ese viejo dinosaurio priista tenía razón:
“La moral es un árbol de moras”.