Ráfagas: Voracidad panalista
Twitter: @OswaldoRamirezG
<<Les devuelvo la energía eléctrica, que es de la exclusiva propiedad de la Nación, pero no se confíen porque en años futuros algunos malos mexicanos identificados con las peores causas del país intentarán por medios sutiles entregar de nuevo el petróleo y nuestros recursos a los inversionistas extranjeros>>
Adolfo López Mateos. Ex Presidente de México (1958-1964).
El desarrollo y la creación de la industria eléctrica es producto de una de las últimas fases de la Revolución industrial inglesa de principios de siglo XIX. La llegada de este insumo que posteriormente se convirtió en una necesidad data del Porfiriato a finales de ese mismo siglo. La primera planta generadora de energía eléctrica se instaló en León Guanajuato en 1879. Diez años después, en 1889 se instaló la primera planta hidroeléctrica en Batopilas Chihuahua. El tránsito hacia el siglo XX vio alumbrar las primeras 40 farolas en la Plaza de la Constitución y en la Alameda de la Ciudad de México. El Paseo de la Reforma fue la primera avenida iluminada de todo el país.
Sin embargo, la precursora en la inserción de la energía eléctrica en el Valle de México fue The Mexican Lights and Company, empresa canadiense que obtuvo la concesión en esta materia en 1898. Para principios de 1900 se extendió a las entidades circunvecinas a la capital mexicana y en plena Revolución mexicana se constituye la Liga Mexicana de Electricista y en 1914 se constituye el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que derivó en la creación de Luz y Fuerza del Centro (LyFC), empresa que fue extinta en 2009 durante el gobierno de Felipe Calderón, para dar paso en cobertura total a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y demás concesiones extranjeras.
A este respecto CFE fue creada bajo decreto del presidente Miguel Alemán Valdés en 1949, como organismo descentralizado que apoyaría en el abasto y cobertura electrifica a LyFC. No obstante, desde sexenios anteriores el desarrollo por obtener una industria autónoma tuvo notables avances; en 1937 Lázaro Cárdenas del Río emite una ley sobre industria eléctrica, misma que da el paso hacia la nacionalización de esta el sexenio siguiente con Manuel Ávila Camacho. No fue sino hasta entrada la década de 1960 cuando el presidente Adolfo López Mateos, liquida y compra el 90% las acciones de The Mexican Light and Power Co., a su vez compra acciones de la American and Foreigh Power Co., misma que cierra para así comprometer a ambas empresas en reinvertir y refaccionar el aparato industrial de energía eléctrica mexicano.
Con la liquidación de LyFC en 2009 y la participación de empresas extranjeras en la refacción y abastecimiento de energía eléctrica con CFE el sobrecosto y la calidad del servicio de este insumo lejos de mejorar llegó a un estancamiento generando desde entonces un beneficio casi exclusivo para empresas (muchas por cierto con acusaciones de evasión de impuestos). Una de las propuestas del presente sexenio era revisar los contratos y revertir en lo posible esta situación, sin embargo los conflictos de interés generados por la bancada panista, en particular por la senadora Margarita Zavala esposa del ex presidente Felipe Calderón, quien después de detentar el cargo como mandatario fue contratado como parte del equipo asesor de Iberdrola una de las empresas filiales beneficiadas por la liquidación de LyFC y el deficiente trabajo de CFE.
En fin, los detalles del debate y propaganda previa ya los sabemos; para la resolución favorable a esta ley no dieron los frutos deseados que la bancada morenista deseaba. Si bien en principio puede catalogarse como el primer “straight” en contra del presidente Andrés Manuel y su 4T. La victoria cacaraqueada en redes sociales de los opositores del PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano es parcial ¿Por qué digo esto?
Primero. Porque pese a la negativa de aprobación de esta ley, por vez primera en mucho tiempo el aparato mediático interesó a gran parte de la opinión pública y me atrevo a decir que el rating del Canal del Congreso tuvo una audiencia sin precedentes en otros sexenios.
Segundo. Porque hubo quienes apelando a la razón del beneficio y apertura de sus opositores, decidieron recordaron la frase citada aquí al principio y votaron a favor aunque eso les costase el escarnio de su partido y el obvio coqueteo a revirar hacia Morena, como fue el caso del legislador priísta Carlos Miguel Aysa González.
Tercero. La discusión en San Lázaro el pasado domingo, exhibió los verdaderos intereses de la supuesta oposición cuyos argumentos contradictorios reflejaron cínicas intensiones de siempre, es decir, un beneficio personal acostumbrado a “negociar en lo oscurito”. Dicho de otra manera, hubiese sido disimulado al menos presentar una contrapropuesta y aceptar los puntos en los que se logró conciliar entre ambas partes.
Cuarta. No consideraron que varios estados de la república están en campaña electoral y otros más entrarán el próximo año para cambiar gobernador. Quizás si lo hubiesen aquilatado como punto de negociación, por lo menos hubiesen logrado mayor presencia en las urnas. En su lugar, pusieron en charola de plata a favor de MORENA las elecciones estatales próximas.
Como no hay quinto malo, dicha oposición se fue de boca con la aprobación en lo general de la Reforma de Ley Minera resuelta la tarde de ayer de la cual el votó en abstención parte y la retirada de gran parte de la oposición favorecieron un paso adelante en pro de la defensa y nacionalización del Litio, mineral estratégico que, en tanto no sea sustituido por las pruebas experimentales de yodo y carbón que emporios tecnológicos de China, Japón y Estados Unidos están ensayando para implementarlo en tecnología de última generación, seguirá siendo la primera opción para el desarrollo de todo tipo de enseres electrónicos, y a cuyo caso México cuenta con reservas considerables. Así las cosas.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.