Ráfagas: ¿Malos manejos en la Comisión de Búsqueda de Personas?
Twitter: @OswaldoRamirezG
Quisiera ser tan elocuente y entretenido amigos, tal como lo fue el periodista y escritor porfiriano Ángel del Campo (1868-1908), famoso por sus detalladas crónicas con el seudónimo de “tic tac” o “micrós”. Lamentablemente en este momento no tengo en la vista de mi ventana ni el zócalo capitalino, ni del Reloj Monumental de la capital hidalguense. Eso claro, no impide que en esta crónica de los días versemos sobre las contradicciones de una Tercera Guerra Mundial muy anunciada, y de que en las ironías idílicas de tal conflicto nos hace cuestionarnos ¿Qué clase de locura es esa de nombrar a la nación de la piden encarcelar a su máximo líder como secretaria de Seguridad de la ONU? Este tipo de disparates solo pasan en un mundo en el que los máximos traficantes de armas le piden a su país vecino ponga cartas en el asunto y lo que es peor, amenazan con “ayudar” de buena manera interviniendo militarmente para controlar la violencia de los carteles. Si amigos de nuevo el Tío Sam jorobando para no poner el dedo en la yaga en los problemas que aquejan a su sociedad.
Quizás por eso sea por lo que los ansiados extraterrestres no llegaron la semana pasada y que en un lejano 2022 solo haya quedado para el anecdotario el idioma alien de una charlatana de origen colombiano… Eso sí el gendarme del planeta anda todo menos en su casa; supimos de la dolorosa masacre de estudiantes en una escuela bautista en la ciudad de Nashville, EE. UU. que murieron a manos de un individuo transgénero. Estamos ciertos entonces que las acciones violetas y deplorables no son restrictivas de un género en específico y que cuando un país pide a gritos ser rescatada de sus enfermedades sociales lo que menos importa es ello, pero el síndrome de la negación y la ventaja de las balas hace que nuestros vecinos del norte pongan más atención en la paja del ojo ajeno que en la viga del propio como aludió según un pasaje bíblico recientemente en una de las mañaneras nuestro amado Huey Tlatoani.
Sabemos que México aún tiene que subsanar varios males además de una crisis que no es exclusiva del país; sin embargo, la corrupción, el tráfico de influencias, la deshonestidad e inseguridad, no se acabaran por decreto como lo ha asegurado reiteradas ocasiones nuestro presidente, pero sí en cambio sí ponemos todos de nuestra parte podremos salir avante gradualmente, aunque para ello haga falta más de un sexenio. En el entendido de que para poder caminar hacia una sociedad mas desigual en lo económico, político y social no bastan los planes sociales sin una revolución de consciencias, cuestión nada fácil si consideramos nuestros arraigados prejuicios y defectos que se han trasformado en la versión whitexican, malinchista y wannabe del discurso de derecha y de una clase media que vive con el fantasma ilusorio de ser parte de las clases poderosas.
En este mismo orden de ideas, pese a que no es la manera más afortunada de decirlo, celebro que la reciente masacre de Nashville, haya levantado ámpula en algunos estratos sociales estadounidenses que piden a gritos la regulación y adquisición de armas de fuego. Ojalá que su sociedad al fin se ubique en el mapa y gradualmente despierte sin considerarse el centro del universo, sino como un país habitante más de este planeta, a cuyo caso no se maneje más como imperio sino como una acción en mutua cooperación y sin blanquecinos intereses o privilegios, pero es mucho decir, porque mientras escribo esta carta al Santa Claus, veo el revés de un precandidato republicano al ser detenido para saldar cuentas con la justicia ¡Si Donald Trump me refiero a ti! Mientras que por otro lado veo en una imagen tuitera una residente estadounidense en la Península de Yucatán pasear tan airadamente enfundando un rifle de asalto de uso exclusivo del ejército, la pregunta es ¿Desde cuándo se privilegian a residentes extranjeros con la portación de este tipo de armas en México? Quizás desde hace mucho, pero lo que es ahora, la desigualdad de condiciones nos ha indignado en suponer ¡De que trinche privilegio goza?
Ya para cerrar esta sección de armas y cuchillos, una plegaria para Andrés García, galán del cine de ficheras y reconocido principalmente por sus papeles Enel cine setentero mexicano como “Chanoc. Aventuras de Mar y Selva” (1967), “Tintorera (1977) y “Pedro Navaja” (1983), entre muchas más. Cabe señalar que este último filme basado en la canción homónima del autor panameño Rubén Blades, misma que como dijo en su momento fue inspirada en una canción de jazz denominada “Mack The Knife” (saca la navaja) popularizada por Louis Armstrong. Pues bien, el actor de origen dominicano radicado desde su juventud en nuestro país falleció la tarde de ayer en su residencia de Acapulco, Guerrero, a la edad de 81 años. Memorable para las nuevas generaciones una de sus últimas participaciones en medios al ser “entrevistado” por la modelo y youtuber Karely Ruiz, pero aun más memorable por sus participaciones en cine y televisión, no tanto por el tono machista pintado de “enamorado” del cual se jactó toda su vida, y qué decir de la controversia que tuvo con la periodista Anabel Hernández por haberlo mencionado en su más reciente libro “Emma y las otras señoras del narco” (2022), en la que lo señalo como amigo de ciertos lideres del crimen organizado. En fin ya como dice el coro de la canción:
“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”
Descanse en paz Andrés García (1941-2023).
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